Tragedia en Ibiza durante el trayecto de un paciente con una patología renal desde su casa de Sant Antoni hasta el hospital de Can Misses. El resultado fue el triste fallecimiento de un varón de 35 años esta semana.
Murió dentro de una ambulancia, prácticamente a las puertas del hospital de Can Misses, ya que el suceso se produjo a la altura del polígono de Can Bufí.
El trágico suceso ha desatado una ola de indignación entre los sindicatos sanitarios, que denuncian que estas ambulancias carecen de material básico para atender emergencias, a pesar de que transportan a pacientes de riesgo.
Durante el trayecto, y a apenas cinco minutos del hospital, el paciente comenzó a sentirse mal. Según ha podido saber La Voz de Ibiza, informó de su malestar al conductor, único profesional a bordo junto a otros dos pacientes que, al igual que el fallecido, iban sentados en la parte trasera del vehículo.
Aunque el conductor está formado y titulado como Técnico en Emergencias Sanitarias (TES), no pudo tomarle las constantes vitales porque la ambulancia no dispone de tensiómetro, glucómetro ni pulsioxímetro.
«Yo creo que estoy mejor y llegamos», fueron sus últimas palabras
El conductor, consciente de que la situación podía empeorar, decidió detener la ambulancia y contactar con la central. Sin embargo, no pudo aportar datos clínicos clave, lo que limitó la capacidad de reacción del sistema de emergencias.
“Yo creo que estoy mejor y llegamos”, le dijo el paciente poco antes de desvanecerse y entrar en parada cardiorrespiratoria.
Se activó de inmediato el código paro, y el conductor inició la reanimación cardiopulmonar (RCP) utilizando el desfibrilador del que sí disponía el vehículo. Desde Can Misses salieron una ambulancia de soporte vital avanzado (UVI móvil), otra de soporte vital básico y vehículos para recoger a los otros dos pacientes que acompañaban al fallecido.
Sindicatos exigen el reconocimiento de la categoría profesional
En un comunicado conjunto, los sindicatos CCOO y USAE lamentan que la administración siga marginando al personal de transporte sanitario programado, al que no se le reconoce la categoría de TES ni se le concede el plus de difícil cobertura, a pesar de tener la formación correspondiente.
“Demostraron una vez más su alto nivel profesional, a pesar de no contar con las herramientas necesarias”, afirman las organizaciones sindicales, que reclaman desde hace meses un mínimo de material básico en estas unidades: tensiómetro, glucómetro y pulsioxímetro, cuyo coste no supera los 100 euros.
“No podemos saber si con ese material se habría salvado, pero habría más opciones”
Fuentes sindicales consultadas por La Voz de Ibiza reconocen que no pueden asegurar que disponer de ese material hubiera evitado el desenlace, pero destacan que sí habría permitido ofrecer un diagnóstico más certero a la central: “Con esos datos, se habría podido prever el desenlace y activar antes los recursos de emergencia. Habríamos tenido más opciones de salvarle la vida”.