La Sindicatura de Cuentas de las Islas Baleares ha revelado que la mayor parte de los fondos recaudados a través de la ecotasa —el Impuesto sobre Estancias Turísticas (ITS)— no se han utilizado para su propósito original. Desde su creación en 2016, este tributo ha generado casi 700 millones de euros de ingresos para las arcas autonómicas, de los que solo 59 millones han sido ejecutados al 100%, según el informe de fiscalización hecho público recientemente.
Un fondo millonario infrautilizado
El análisis de la Sindicatura indica que, de los 698,7 millones de euros recaudados entre 2016 y 2023, únicamente se ha ejecutado el 8,4% en proyectos concluidos. Si se descuenta el periodo excepcional 2020-2022 —cuando se desvió parte del fondo a paliar los efectos económicos del COVID—, la cifra de ingresos efectivamente disponibles para turismo sostenible asciende a 479,9 millones de euros, de los que solo el 12,3% se ha traducido en proyectos finalizados.
Decenas de proyectos sin iniciar o apenas avanzados
El informe constata que muchos de los proyectos aprobados ni siquiera han comenzado su ejecución. Es el caso de ocho iniciativas por valor de 28,1 millones, que a finales de 2023 seguían en punto muerto. Otros 17 expedientes por valor de 35 millones presentaban un avance inferior al 25%, mientras que los 33 proyectos que sí se consideran finalizados —por un total de 59 millones— aún no han sido liquidados por AETIB.
Además, los 27 proyectos del Plan Anual 2023, dotado con 71,7 millones de euros, no habían iniciado su ejecución a cierre del ejercicio.
Falta de verificación documental en más de 160 millones
Una de las alertas más importantes del informe tiene que ver con el control de los fondos: la Sindicatura no ha podido verificar la correcta ejecución de proyectos por un total de 160,3 millones de euros, debido a la ausencia de documentación justificativa, actas de seguimiento o informes técnicos.
Esta cifra representa un 33,4% del total gestionado entre 2016 y 2019 y 2023.
En concreto, la AETIB informa como ejecutados proyectos cuyo estado real no puede comprobarse más allá de la información que proporcionan las entidades beneficiarias, sin verificación física o documental propia.
Proyectos mal planificados y uso de fondos para actividades ordinarias
Según la Sindicatura, algunos proyectos seleccionados ‘no tenían una base sólida que garantizase su ejecución’, como lo demuestra que cinco de los expedientes revisados fueron cancelados (dos) o dados de baja (tres) tras años de parálisis.
Algunos de los que sí se ejecutaron corresponden a actividades rutinarias de las entidades promotoras, ayuntamientos y consells, y no necesariamente a iniciativas transformadoras como exige la ley del impuesto.
Las modificaciones legislativas han ido redefiniendo los fines del fondo ITS, alejándolo de objetivos sociales y ambientales más amplios. Mientras que hasta 2023 se incluían actuaciones como el acceso a la vivienda y la sostenibilidad energética, estas fueron eliminadas por la Ley de Presupuestos de 2024. Posteriormente, el Decreto ley 2/2024 introdujo nuevas prioridades, como la formación en el sector turístico y la inspección en zonas saturadas, orientadas al control del modelo turístico más que a la transformación del territorio.
Los fondos están sirviendo por primera vez para la lucha contra el alquiler turístico ilegal a través de un ambicioso plan plurianual.
El paseo de la bahía de Portmany
La isla de Ibiza figura entre las afectadas por esta parálisis, con casos de proyectos concretos que no avanzan.
Entre los proyectos sin iniciar se encuentra el de ordenación de la costa de la bahía de Portmany, desde el Port des Torrent hasta Cala Gració, por un importe total de 20.399.000 millones de euros en el Plan de 2017.
“A fecha de este Informe, no se ha iniciado la ejecución del proyecto, que ha sido prorrogada hasta el 10 de julio de 2025”, aclara el texto.