El Ayuntamiento de Ibiza ha dado una semana de plazo para que los ocupantes del asentamiento de caravanas en Es Gorg abandonen la zona. Esta mañana se han instalado señales de prohibición de estacionamiento en el solar, donde el próximo 7 de julio comenzarán las obras del futuro centro de baja exigencia para personas vulnerables. La advertencia es clara: los vehículos que permanezcan a partir de ese día serán retirados por la Policía Local y sus propietarios sancionados.
La actuación afecta directamente a varias personas que residen desde hace años en este enclave urbano, en situación irregular. Se trata, en su mayoría, de ciudadanos sin acceso a alquileres convencionales que han optado por vivir en vehículos estacionados en terrenos públicos, una problemática que La Voz de Ibiza ha venido documentando en los últimos años por su dimensión social, sanitaria y de convivencia.
Un conflicto prolongado sin alternativa clara
El poblado informal de Es Gorg lleva más de una década generando controversia, especialmente durante las temporadas altas, cuando el número de vehículos se incrementa. En varias ocasiones, vecinos y comerciantes del entorno han denunciado situaciones de insalubridad, acumulación de residuos y falta de control. Por su parte, los caravanistas alegan que no existen alternativas reales para quienes no pueden afrontar los alquileres imposibles de Ibiza.
El anuncio del inicio de las obras para el centro de baja exigencia —un recurso social largamente reclamado— ha reactivado el proceso de desalojo, aunque el Ayuntamiento no ha detallado qué medidas tomará para asistir o reubicar a quienes hoy residen en la zona. Según fuentes municipales, se prioriza el cumplimiento de la legalidad y la transformación del espacio urbano, sin mencionar la habilitación de espacios alternativos.
Desde el Consistorio se ha insistido en que este centro será “un recurso clave para atender a personas en situación de vulnerabilidad”, al tiempo que se reorganiza una de las zonas más degradadas del casco urbano de Ibiza.