El municipio de Sant Josep de sa Talaia ha iniciado esta semana la instalación de bombas de recirculación de agua marina en tres de sus playas más visitadas: Cala Vedella, Cala Tarida y Port des Torrent. Este sistema busca combatir la acumulación de microalgas que, aunque no son peligrosas para la salud, alteran el aspecto del agua en los meses de calor.
Según ha informado el Ayuntamiento, estas bombas permiten extraer agua más limpia desde mar abierto y devolverla hacia la orilla, favoreciendo la renovación y la bajada de temperatura del agua superficial. El objetivo es mejorar la circulación natural en calas pequeñas y cerradas, donde la falta de movimiento favorece la proliferación de estas algas.
Tal como informó ayer La Voz de Ibiza, el Govern autorizó ayer la instalación de estos dispositivos, que eran reclamados por los comerciantes de la zona, ya que el aspecto del agua a causa de las microalgas volvía poca atractivas las playas en cuestión.
Las bombas ya están operativas en Vedella y Port des Torrent
La instalación se ha iniciado en Cala Vedella y Port des Torrent, donde se prevé que las bombas queden plenamente operativas entre hoy y mañana. En total se colocarán ocho bombas: cuatro en Cala Tarida, tres en Cala Vedella y una en Port des Torrent.
La regidora de Medio Ambiente, Felicia Bocú, ha recordado que este sistema “ha funcionado muy bien los últimos veranos y nos permite seguir trabajando para que nuestras calas mantengan su atractivo natural”. El Ayuntamiento destaca que las bombas ayudan a garantizar unas condiciones óptimas tanto para residentes como para turistas.
Cala Tarida tendrá que esperar una semana
En el caso de Cala Tarida, los trabajos se han retrasado por motivos técnicos y logísticos y comenzarán la semana que viene. Las obras en esta playa, al igual que las de Cala Vedella, han sido adjudicadas a la empresa Hermanos Parrot, mientras que en Port des Torrent los trabajos, incluidos los subacuáticos, los lleva a cabo la firma especializada Eivisub.
El presupuesto total del proyecto por los tres años asciende a 638.450,76 euros, IVA incluido, una inversión asumida íntegramente por el Ayuntamiento.
Estas actuaciones se enmarcan en la estrategia municipal de preservación del litoral y forman parte del plan estival para responder a los desafíos ambientales vinculados al cambio climático y al turismo intensivo.