SANCION SURREALISTA

«Odio a Ibiza por lo que me hicieron»: la odisea de un músico multado por llevar su tambor a Benirràs

El músico africano viajó a la isla por trabajo y terminó atrapado en una historia insólita: la policía local le requisó el tambor en la playa, le impuso una multa y solo pudo recuperarlo después de varios días y tras abonar 250 euros

Yaya Nessao, el multado en Benirràs.
Yaya Nessao, el multado en Benirràs.

La polémica que envuelve a Benirràs no es nueva, pero cada verano suma ingredientes tan desconocidos como desopilantes.

El ambiente en la cala se ha vuelto cada vez más tenso: desde las denuncias de acorralamiento policial a los tamboristas y la contradicción de un Govern que promociona la experiencia como emblema turístico mientras el Ayuntamiento la prohíbe, hasta la “guerra fría” entre quienes pueden tocar y quienes arriesgan sanción, pasando por el creciente negocio montado alrededor de la “fiesta hippie” pese a la normativa.

En medio de este cruce de intereses, contradicciones y estrategias, también surgen historias humanas entre los tambores: relatos de músicos que llegan por trabajo y acaban atrapados en situaciones surrealistas, de turistas desinformados, de sancionados inesperados y de una playa que nunca deja de sorprender.

Esta es la odisea de Yaya Nessao, el músico africano multado en Ibiza por llevar un tambor a Benirràs. La historia tiene ya cuatro años y expone un mecanismo de vigilancia en base a una normativa para nada nueva, por más que se siga tocando o vendiendo como experiencia de modo publico y privado.

De Burkina Faso a Ibiza, con la música siempre cerca

Yaya Nessao nació en Burkina Faso y reside en Tenerife. Su visita a Ibiza fue por motivos laborales, tras recibir una oferta de una empresa. Aunque es artista y toca instrumentos africanos, en este viaje no llegó como músico profesional.

Aun así, trajo consigo sus instrumentos y una tela de cáñamo que suele utilizar en sus presentaciones. Aquella tarde en Benirràs, el tambor estaba apoyado en la arena. “No estaba tocando el tambor, estaba en la arena”, aclara Yaya.

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La intervención policial: del control a la multa

La tranquilidad de la jornada se rompió con la llegada de la policía local. Según su relato, los agentes se acercaron al grupo y se llevaron el tambor.

“Llegó un coche de policía. Los chicos que estaban conmigo tampoco estaban tocando el tambor, que seguía en la arena. Cuando me di cuenta, el policía fue directo hacia el instrumento, lo recogió y se lo llevó. Fui detrás y le dije que el tambor era mío”, explica.

A continuación, los agentes le solicitaron el DNI y le comunicaron la sanción. “Me pidieron el DNI, me multaron y se llevaron el tambor. Incluso cuando pagué, al principio no me quisieron devolverlo”, añade.

250 euros y días de espera para recuperarlo

Recuperar el tambor resultó más complicado de lo esperado. “Me dijeron que tenía que pagar 500 euros, pero que si pagaba 250 antes, me devolvían el tambor”, cuenta Yaya.

Sin embargo, ni siquiera así pudo recuperar el instrumento inmediatamente: “Me hicieron esperar todo un día, y luego tuve que volver al siguiente. Así durante varios días. Incluso hubo policías que se reían de mí mientras esperaba.”

Finalmente, tras varios intentos y con el justificante del pago, logró recuperar el tambor.

Facturas, papeles y un recuerdo imborrable

Yaya asegura que aún conserva toda la documentación de lo sucedido, incluidas las facturas y la denuncia: “Tengo los comprobantes y todo por allí guardado todavía… porque es algo que me marcó mucho y me dio mucho enojo”, señala.

Sobre el episodio, es tajante: “Por eso Ibiza, te lo digo, es uno de los sitios que odio en mi vida. No quiero ni verlos más nunca”.

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La playa de Benirràs: tradición musical bajo vigilancia

Benirràs es una de las calas más conocidas de Ibiza, famosa por sus atardeceres y por las tradicionales jams de tambores, que reúnen a músicos y visitantes de distintos lugares.

Sin embargo, en los últimos años, el Ayuntamiento de Sant Joan ha endurecido la normativa para controlar las concentraciones musicales en la playa.

Una historia que refleja un problema recurrente

El caso de Yaya Nessao no es el único. La tensión entre la tradición musical de la playa y las restricciones municipales ha provocado situaciones similares en otras ocasiones.

La ordenanza del municipio prohíbe expresamente los instrumentos y la música no autorizada en el arenal, estableciendo sanciones económicas y la posibilidad de decomisar instrumentos.

La experiencia de Nessao ilustra de modo surrealista hasta dónde pueden llegar los controles y las dificultades que pueden encontrar los músicos en Ibiza.

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