En el centro de la ciudad de Ibiza, a tan solo unos pasos del bullicio de Vara de Rey, ha abierto sus puertas Casa Flow, un nuevo concepto de gastronomía consciente que ya se ha convertido en referencia para residentes y viajeros con sensibilidad plant-based. Luis Villamizar, su fundador, dejó atrás una carrera ligada al lujo internacional y a proyectos como COYA para dar vida a un espacio donde comer, estar, respirar y celebrar la vida se funden en una misma experiencia.
“La vida es un regalo que a veces olvidamos. Casa Flow nace desde ese agradecimiento profundo, con la intención de generar presencia en cada gesto, en cada plato, en cada conversación”, explica Villamizar con serenidad a La Voz de Ibiza.
Un espacio con historia y alma
El edificio, de 127 años de historia y arquitectura neoclásica, ha sido restaurado con calidez y detalle. Su terraza da directamente a la calle y su interior conecta con un segundo espacio conocido como el santuario, un oasis urbano que abre de miércoles a sábado por la noche y donde se celebran cenas, conciertos y eventos íntimos.
Casa Flow Ibiza es más que un restaurante. Es un proyecto que busca integrar diseño ético, alimentación consciente, comunidad, arte y espiritualidad en un solo lugar.
“No es un restaurante vegano que quiere convencer a nadie de nada. No venimos a juzgar, ni a comparar. Solo queremos mostrar que existen otras maneras de nutrirnos, de vivir, de estar”, aclara Luis. “No queremos decir que sea mejor o peor. Solo mostrar que existe una posibilidad que quizá no habías considerado”.
Cocina vegetal con técnica y sabor
La carta de Casa Flow está basada en ingredientes 100% vegetales, de temporada y procedentes de granjas ecológicas de Ibiza, con técnicas que combinan la cocina asiática, sudamericana y mediterránea. Cada plato nace de una idea creativa y se ejecuta con precisión.
Entre los platos más destacados figuran:
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Melena de León al grill, una reinterpretación umami de la cocina al carbón.
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Risotto trufado con apionabo, que sustituye lácteos por fondos vegetales cremosos.
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Dumplings indochinos con hojas de shiso.
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Bolas manchurianas con verduras fermentadas y salsa tamari.
Todo el menú está diseñado para ser sabroso, digestivo y funcional, con guiños a la cocina ancestral y una visión moderna del bienestar.

Un equipo alineado con el propósito
Casa Flow cuenta con un equipo de 15 personas, entre cocina y sala. “Es un equipo joven, creativo, lleno de buenas intenciones y con mucha energía”, comenta su fundador.
“La energía del equipo lo es todo. Aquí no se viene solo a trabajar: se viene a compartir, a crecer, a construir algo con sentido. Esa vibración se transmite y se siente”, subraya.
El servicio busca ser cálido, presente y humano. Desde la bienvenida hasta el postre, cada gesto transmite la filosofía de fluir sin prisa, de acompañar al comensal en una experiencia completa, más allá del sabor.
El santuario: cenas, arte y música en vivo
El segundo espacio, conocido como el santuario, es un salón interior abierto para cenas de miércoles a sábado, con una programación viva que combina música en directo, celebraciones y experiencias culturales.
Allí se celebran encuentros íntimos con artistas, rituales gastronómicos, pequeños eventos privados o simplemente cenas con atmósfera musical.
“Es un lugar que vibra distinto, donde uno puede reconectar con lo esencial”, dice Luis. “Nos gusta que el arte y la música estén presentes, pero sin robar el protagonismo. Aquí lo importante es la energía que se genera entre las personas, la autenticidad del momento”.
Wellness, presencia y comida con pasión
El origen de Casa Flow está en una idea más grande: la creación de un wellness hotel. “La idea inicial era abrir un hotel de bienestar, pero el universo nos fue llevando a esto. Fluir también es saber adaptarse, rendirse sin resignarse, dejar que las cosas tomen su forma”, cuenta Villamizar. “Fluir como una pelotita que baja por la montaña, sin romperse, sin resistirse, solo transformándose con cada curva”.
Esta visión de la vida —más presente, más conectada, más lenta— es la base de todo lo que se vive en Casa Flow. Desde la decoración hecha a mano, con materiales naturales, hasta la carta de bebidas sin alcohol, cada detalle transmite una filosofía donde el bienestar es consecuencia, no objetivo.

Más que un restaurante: una comunidad
Casa Flow no busca ser un local de moda, sino un punto de encuentro para quienes buscan algo más en Ibiza: conexión real, alimentación limpia, momentos con intención y una comunidad que valora el aquí y ahora.
“Este lugar no lo hemos creado solo para servir platos, sino para celebrar la vida. Y para recordarnos, entre todos, que todavía se puede vivir con belleza, con calma, con alegría”, concluye Villamizar.










