La bahía de Talamanca, en Ibiza, fue escenario del mayor dispositivo de vigilancia realizado hasta la fecha para controlar el fondeo ilegal sobre praderas de posidonia oceánica, un hábitat protegido y esencial para el ecosistema marino.
La Conselleria de Agricultura, Pesca y Medio Natural informó que durante la actuación se levantaron siete actas administrativas contra embarcaciones que habían fondeado con ancla y cadena sobre estas praderas. Además, se notificó a los navegantes la prohibición vigente y se les recordó que pueden consultar la cartografía oficial de posidonia a través de la web AtlasPosidonia.com y de aplicaciones móviles específicas.
El operativo más grande contra el fondeo ilegal
El despliegue fue coordinado por la Dirección General de Medio Natural y Gestión Forestal a través del Instituto Balear de la Naturaleza (Ibanat) y del Servicio de Vigilancia de la Posidonia, con la colaboración de Agentes de Medio Ambiente. También participaron la Conselleria de la Mar y del Ciclo del Agua, el Ayuntamiento de Ibiza, el Ministerio para la Transición Ecológica, el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil, agentes de la Policía Local, embarcaciones del Parque Natural de ses Salines, las Reservas Marinas, PortsIB e inspectores de transporte marítimo.
Como refuerzo tecnológico, se empleó un dron para obtener imágenes aéreas de la bahía y documentar la posición de las embarcaciones antes de la intervención, asegurando pruebas gráficas para respaldar las actuaciones.
Multas que pueden alcanzar cifras récord
El régimen sancionador en Baleares establece tres niveles de infracciones por fondear sobre posidonia oceánica. Las infracciones leves se castigan con multas que van desde 100 a 6.000 euros. Las graves pueden llegar hasta 100.000 euros y las muy graves alcanzar los 450.000 euros.
Estas sanciones se basan en la Ley estatal de 2007 y la Ley autonómica de 2005, que protegen la posidonia como especie de especial interés. Su aplicación busca disuadir el fondeo ilegal y garantizar la conservación de un ecosistema marino que tarda décadas en regenerarse.
Procedimiento sancionador y autoridad competente
Las sanciones se notifican directamente en el lugar de la infracción por autoridades marítimas competentes, como agentes de la Conselleria, Guardia Civil del Mar, Seprona, Departamento de Costas o Capitanías Marítimas.
El proceso incluye la toma de fotografías de la embarcación y del área afectada, así como la medición de la longitud de la cadena utilizada. La sanción se tramita por vía administrativa y, en caso de impago, el expediente se remite a la Agencia Tributaria para su cobro.
La posidonia, clave para el Mediterráneo
La posidonia oceánica es una planta marina que forma densas praderas en el fondo del mar, donde cumple funciones vitales: oxigenar el agua, ofrecer refugio a especies marinas, estabilizar el sedimento y proteger la costa de la erosión. Además, actúa como un importante sumidero de carbono, contribuyendo a mitigar el cambio climático.
En Ibiza y Formentera, estas praderas forman parte del Parque Natural de ses Salines y están incluidas en la declaración de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Las autoridades insisten en que su protección no solo es una obligación legal, sino también un compromiso con el futuro del litoral balear.
Presión náutica y vigilancia reforzada
La bahía de Talamanca es una de las zonas más frecuentadas por embarcaciones durante el verano. Esta presión náutica incrementa el riesgo de daños sobre la posidonia, especialmente en los meses de mayor afluencia turística. Por ello, el Govern balear ha reforzado los dispositivos de vigilancia y control, con el objetivo de detectar y sancionar de manera efectiva cualquier infracción.
El mensaje es claro: proteger la posidonia es prioritario y el incumplimiento de la normativa puede suponer un grave perjuicio económico para los infractores. La combinación de vigilancia presencial, tecnología y sanciones contundentes busca garantizar que este ecosistema único se mantenga intacto para las generaciones futuras.