HISTORIA DE VIDA

De los templos del Tíbet a Ibiza: el inesperado viaje de un joven impulsado por Linkin Park

Un recorrido vital que va desde la adoración en monasterios tibetanos hasta las noches de libertad en Ibiza, marcado por la música de Linkin Park.

Osel, este año, junto a un maestro budista.
Osel, este año, junto a un maestro budista.

Osel Hita Torres tenía apenas 18 meses cuando sus padres, una pareja de hippies ibicencos, lo reconoció como la reencarnación de un lama tibetano. Desde entonces, su vida quedó ligada al budismo: lo llevaron a la India, donde creció rodeado de rituales, veneración y disciplina en un monasterio. Nadie podía tocarlo, apenas veía a su familia y vivía bajo un estricto aislamiento que lo convirtió en un símbolo religioso, pero también en un niño sin infancia.

La música que cambió su destino

Su vida dio un giro inesperado cuando descubrió la música de Linkin Park. Lo que al principio parecía ruido se transformó en un espejo emocional: las letras de la banda estadounidense despertaron en él sentimientos de libertad, deseo de amor y necesidad de ser comprendido. Esa chispa musical fue el inicio de una rebelión interior.

Primer contacto con Ibiza

A los 16 años logró un permiso para viajar unos meses a Ibiza, la isla de sus orígenes. Por primera vez experimentó lo que era ser un adolescente libre: salir en moto, descubrir el amor, escuchar música electrónica y mezclarse con la gente de su edad. Todo aquello contrastaba con la solemnidad del monasterio tibetano y abrió la puerta a un nuevo camino.

De lama sagrado a joven rebelde

A los 18 años rompió definitivamente con la vida monástica. Ibiza se convirtió en el escenario de su metamorfosis: fiestas, excesos, amistades intensas y un estilo de vida desbordado que él mismo describe como la etapa más salvaje de su existencia. De ser venerado como un maestro espiritual pasó a ser un joven rebelde que buscaba su propia identidad.

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Un equilibrio alcanzado

Con el paso del tiempo, encontró un punto medio. Hoy es padre y ha encauzado su vida hacia el activismo social y medioambiental. Reconoce su pasado como lama con respeto, pero defiende que su verdadera misión es vivir de forma libre y consciente. De los templos tibetanos a las playas de Ibiza, su historia es el testimonio de un viaje radical entre dos mundos opuestos.

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