El fallecimiento de Giorgio Armani el pasado 4 de septiembre de 2025 no solo enlutó al mundo de la moda, también desató un debate inesperado sobre el futuro de su firma. El diseñador, que murió a los 91 años, dejó instrucciones tan precisas como sorprendentes respecto al destino de su imperio.
Sin embargo, una decisión cambió el curso de la mega empresa y sorprendió a todo el círculo familiar del magnate.
La sorprendente decisión de Giorgio Armani

Lejos de dejar su compañía únicamente en manos de sus herederos más cercanos, Giorgio Armani sorprendió al incluir en su testamento una cláusula que los obliga a vender parte del grupo en un plazo corto. La disposición rompe con la imagen de independencia absoluta que el diseñador defendió durante toda su vida, y revela una visión distinta: garantizar la continuidad del negocio más allá de su entorno íntimo.
El documento establece que los herederos deberán desprenderse del 15 % de la empresa en un máximo de 18 meses tras su fallecimiento, y que entre los tres y cinco años posteriores tendrán que vender otro paquete que puede oscilar entre el 30 % y el 54,9 %.
Con ello, Armani diseñó un camino que fuerza la entrada de un socio externo en la firma, una medida insólita dentro del panorama de las casas de moda italianas, históricamente reacias a ceder el control.
Quiénes son los herederos que figuran en el testamento

El testamento otorga el control inicial a la Fundación Giorgio Armani, creada en 2016 con el objetivo de preservar la esencia de la marca. Allí participan su hermana Rosanna y sus sobrinos Roberta, Silvana y Andrea, junto con su histórico colaborador Pantaleo “Leo” Dell’Orco.
Ellos son los responsables de administrar la transición y velar por que se cumplan las estrictas condiciones que dejó el fundador, una decisión que refleja la voluntad de Armani por el orden y la disciplina.
Aun así, el margen de maniobra de sus herederos queda limitado: más que decidir libremente, deberán actuar siguiendo al pie de la letra lo que dictó el diseñador, incluso cuando eso implique ceder el control de la firma a terceros.
Quiénes son los posibles compradores de Armani

Armani fue incluso más allá al dejar claro en su testamento que no cualquier socio podría adquirir una parte de su compañía: el diseñador sugirió de manera explícita quiénes deberían tener prioridad en una eventual compra, apuntando a conglomerados con músculo financiero y experiencia en el sector.
Entre los candidatos figuran gigantes del lujo como LVMH, L’Oréal o EssilorLuxottica, corporaciones que dominan el mercado global y cuentan con la capacidad de sostener la identidad de la firma.
De concretarse la entrada de uno de estos conglomerados, el grupo Armani dejaría de ser una de las últimas grandes compañías independientes de la moda italiana. Ese paso, que podría parecer contradictorio con la filosofía de independencia que siempre predicó.