Lo que debía ser una escapada de verano con amigos a Ibiza se transformó en una pesadilla para Kane Maughan, un británico de 26 años. El 18 de agosto, en pleno viaje, sufrió una caída desde un tercer piso que lo dejó en coma inducido y con lesiones gravísimas: daños pulmonares, sepsis y neumonía.
Desde ese momento, Kane quedó ingresado en un hospital de la isla, conectado a soporte vital. Sus amigos y familiares describieron semanas de angustia, con partes médicos que confirmaban que el estado era crítico y con operaciones aplazadas por su fragilidad. “No pudo ser operado hoy porque su oxígeno está muy bajo”, explicaba su madre en un mensaje fechado el 9 de septiembre, aunque celebraba a la vez que los antibióticos empezaban a dar resultados y que un germen había desaparecido de su sangre.
Una carrera contra el tiempo
A medida que pasaban los días, quedaba claro que su recuperación exigía un traslado urgente al Reino Unido. Sin embargo, había un problema mayor: el seguro médico de Kane no cubría un avión medicalizado, aunque sí los costes de hospitalización en Ibiza.
Ante esa situación, sus amigos lanzaron una campaña en la plataforma JustGiving para recaudar fondos. El objetivo: cubrir el precio del transporte aéreo especializado, cifrado en decenas de miles de euros.
La iniciativa prendió rápido. La historia de Kane se viralizó en redes sociales y en medios británicos, despertando una ola de solidaridad. “Aunque Kane muestra algunos signos de mejora, su situación sigue siendo crítica”, repetían sus allegados, convencidos de que la difusión era la única forma de lograr el dinero a tiempo.
El día del traslado
Finalmente, el esfuerzo colectivo dio sus frutos. Este fin de semana, Kane fue evacuado en un avión medicalizado alemán rumbo al Reino Unido. El operativo fue confirmado a este medio por una fuente cercana que reconocía con crudeza: “Estaba muy jodido”.
El vuelo estuvo coordinado por la empresa Repatriaciones Médicas y permitió el traslado en condiciones seguras hasta un hospital británico. Por motivos de confidencialidad, no se ha hecho público a qué centro fue derivado.
En paralelo, la madre del joven compartía mensajes que reflejaban tanto la gratitud como el alivio de la familia. “Estamos todos en casa, Kane está instalado sano y salvo en el hospital, el personal médico y el avión fueron increíbles. Muchas gracias a todos, no podríamos haber hecho nada de esto sin vosotros”, escribió en una actualización el mismo día de la llegada.
La voz de la madre
La familia de Kane se volcó en mantener informados a los donantes y seguidores de la campaña. El 13 de septiembre, un día antes del viaje, la madre ya había adelantado la noticia con un mensaje cargado de emoción: “Honestamente, la gente es muy amable y el apoyo que todos hemos tenido es increíble. ¿Te importaría actualizar la página de GoFundMe para decir que Kane vuelve a casa mañana y mencionar el avión médico? Estamos muy agradecidos”.
Sus palabras ilustran no solo la desesperación por salvar a su hijo, sino también la dependencia total del apoyo ciudadano en un momento límite.
Una historia que conmueve
El caso de Kane ha puesto de relieve la vulnerabilidad de muchos turistas que sufren accidentes graves en el extranjero. A pesar de contar con un seguro, este no cubría la repatriación sanitaria, una carencia que obligó a recurrir a la solidaridad global.
Más allá de la recaudación, lo que ha impresionado es la rapidez y el alcance de la respuesta. Miles de personas que no conocían a Kane decidieron colaborar, compartir el enlace o enviar mensajes de ánimo a su familia.
Incertidumbre, pero también esperanza
Aunque Kane sigue en estado crítico, el traslado supone una nueva etapa en la que podrá recibir tratamientos más avanzados y en un entorno más cercano a su familia. “Qué pena”, resumía con crudeza la fuente que presenció la evacuación, aludiendo a la dureza del cuadro clínico.
Pero entre la tristeza y la preocupación también asoma la esperanza. Cada pequeño avance, como la reducción de los drenajes pulmonares o la desaparición de infecciones, es celebrado como un logro. Y ahora, con la atención de especialistas británicos, los allegados confían en que Kane pueda tener más posibilidades de recuperación.
Una lección de comunidad
La tragedia de Kane Maughan es también un recordatorio del poder de la colaboración colectiva. Sin la campaña internacional de crowdfunding, el traslado hubiera sido inviable. La propia madre lo dejó claro: “No podríamos haberlo hecho sin vosotros”.
Mientras miles de donantes anónimos esperan noticias más alentadoras, la historia de este joven británico pasará a formar parte de esas crónicas de verano en Ibiza que terminan en drama, pero también en solidaridad sin fronteras.