Endesa, a través de su filial de redes e-distribución, ha detectado en las Illes Balears 732 fraudes eléctricos en los seis primeros meses del año, lo que supone una media de dos casos diarios y un consumo defraudado de más de 10 millones de kilovatios hora.
Según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), la manipulación de las instalaciones eléctricas para cometer fraude es un problema creciente que perjudica al conjunto de los consumidores y representa un serio riesgo para la seguridad ciudadana.
Riesgo de incendios y electrocución
El fraude eléctrico no solo repercute en la factura de la luz de todos los ciudadanos, sino que también pone en peligro la vida de quienes manipulan las instalaciones y de las personas de su entorno. En los últimos años, se han registrado casos graves con heridos e incluso fallecidos como consecuencia de estas prácticas ilegales.
Además, el robo de energía repercute en la calidad del suministro, provocando cortes, averías e inestabilidad en la red eléctrica.
Plantaciones de marihuana, uno de los focos del problema
Una parte importante de estos fraudes está vinculada a las plantaciones de marihuana en interiores, conocidas como indoor. Estos cultivos requieren sofisticados sistemas eléctricos conectados ilegalmente a la red, con un consumo permanente que equivale al gasto de unas 80 viviendas de 100 m².
El Informe Europeo sobre Drogas 2025 confirma que España concentra el 73% de todas las incautaciones de plantas de marihuana de la UE, muchas de ellas cultivadas en estas instalaciones.
Entre enero y junio se desmantelaron en Baleares dos plantaciones indoor, con un volumen de energía recuperado de 148.792 kWh.

Colaboración con las Fuerzas de Seguridad
Endesa subraya que la cooperación con Guardia Civil y Policía es clave para combatir el fraude, tanto en la prevención como en la investigación de delitos que afectan a servicios esenciales como la producción, distribución y suministro de electricidad.
La inteligencia artificial como herramienta contra el fraude
Desde 2017, la compañía utiliza sistemas de Machine Learning y Deep Learning para detectar de forma más eficiente irregularidades en el consumo eléctrico. Estos modelos analizan el historial de inspecciones de los más de 12 millones de puntos de suministro, los patrones de consumo, los equipos de medida e incluso datos meteorológicos, lo que permite identificar con mayor precisión posibles casos de fraude.
La IA se complementa con innovaciones tecnológicas como equipos de supervisión avanzada, pinzas amperimétricas o videoscopios que facilitan el trabajo de los técnicos sobre el terreno.
Un marco legal más laxo que en Europa
En España, el fraude eléctrico no conlleva penas de prisión, a diferencia de países como Francia, Portugal, Italia o Alemania. Además, la normativa española no contempla agravantes ni computa para la reincidencia, aunque el delito esté vinculado a plantaciones de cannabis de gran escala o provoque incendios con graves consecuencias.