Alicia Reina reconoce que “incluso los clientes de más poder adquisitivo se han vuelto sensibles al precio”. Y que, en algunas zonas de la isla, algunos hoteles “han tenido que ajustar tarifas”. Sin embargo, la presidenta en Baleares de la Asociación Española de Directores de Hotel (AEDH) considera que el lujo, en Ibiza, es un sector “en pleno recimiento”.
Reina recuerda que, según Frontur, en 2024 llegaron más de 3,2 millones de turistas a la isla, de los cuales un porcentaje cada vez mayor pertenece al segmento de alto poder adquisitivo. “Eso se refleja en que Ibiza concentra ya más del 25% de la oferta hotelera de 5 estrellas de Baleares y que el gasto medio por visitante aquí supera en torno a un 20% la media balear”, analiza ante la consulta de La Voz de Ibiza.
Esto, señala, tiene ventajas y desventajas. Las primeras son claras: mayor valor añadido, se diversifica hacia un turista menos estacional y con mayor fidelización, y se eleva la proyección internacional de la marca Ibiza. Pero “la contra es que también hay riesgo de dependencia: si nos enfocamos demasiado en este nicho, quedamos expuestos a crisis geopolíticas, cambios de tendencia del lujo o a la pérdida de identidad si caemos en la homogeneización de la oferta”.
Cuidar al viajero premium
Para Reina, es clave “apostar por experiencias de alta gama, exclusivas y con un discurso coherente con la sostenibilidad”.
“La isla no puede —ni debe— competir por cantidad, sino por calidad”. Para la presidenta de AEDH, “esa es la verdadera ventaja competitiva: un turismo que respeta los recursos, genera empleo de calidad y mantiene la autenticidad del destino”.
Para reajustar la propuesta de valor, Reina considera que se debe invertir en experiencias diferenciales (gastronomía de autor, wellness, cultura local, actividades auténticas), segmentar mejor para atraer micromercados y recuperar la hospitalidad como seña de identidad, reforzando el relato de destino acogedor y competitivo.
Esto resulta fundamental para no “erosionar la confianza del viajero premium”. Porque “incluso el cliente de lujo, que parecía blindado, hoy compara, revisa opiniones online y espera excelencia en cada detalle.
“En resumen, el lujo en Ibiza tiene que medirse en clave de diferenciación y sostenibilidad: atraer menos turistas, pero que cada estancia aporte más al tejido económico y social de la isla”, concluye.