Nacido en Ibiza y criado entre las cabinas de Pacha, Marc Costa reconoce en el podcast Sábado Pitiuso de Wololo Sound, que su historia con la noche “empezó casi por genética”. “Desde pequeñito he estado muy vinculado al mundo de la noche. Toda mi familia trabajaba en Pacha”, recuerda.
Su primera experiencia como DJ fue en Sant Antoni, en el bar Sansi, “entre el Café del Mar y el Coastline”, antes de pasar por Privilege y finalmente a Pacha, donde permaneció una década. “Entré como técnico de sonido de día y luego pasé a la noche, donde se pagaba mucho mejor”, explica.
Durante diez años gestionó la puerta VIP del club, una etapa que define como “dura, pero vital”. Tras tres años de pausa dedicados a su hijo, regresó como director de eventos de día y lideró proyectos como Destino Ibiza y 528. Pero una discrepancia con la nueva dirección del grupo lo llevó a cerrar esa etapa: “El mismo día que renuncié me llamó el CEO de Island Hospitality, tomamos un café y por la tarde ya estaba trabajando en Chinois.”
“Chinois es mágico, íntimo y tiene el mejor sonido del mundo”
Costa no oculta su entusiasmo por su actual proyecto. “Me parece, sin duda, el mejor club de Ibiza, Mágico, un club que no tiene nada que envidiar a los grandes, pero a la vez muy infravalorado”, asegura. Recuerda que Chinois nació como restaurante y hoy, con apenas tres años de vida, se ha convertido en un referente de la isla. “Estamos compitiendo con marcas que llevan medio siglo, y la posición que hemos alcanzado es espectacular.”
El feedback de los artistas respalda esa confianza: “Todos los DJs me dicen lo mismo: ‘Tenéis el mejor sonido del mundo’. No lo digo yo, lo dicen ellos.”
Preparar una temporada: “Un rompecabezas infinito”
Costa describe la organización de cada verano como un proceso continuo. “La temporada se prepara cuando todavía no ha terminado la anterior. Ya hace un mes que estamos organizando la del año que viene.” El equilibrio entre arte y rentabilidad es clave: “Somos un club de mil personas. Hay que buscar artistas que gusten, que llenen y que podamos pagar. Si no es rentable, no tiene sentido.”
En cuanto a las residencias, Chinois ha encontrado su identidad. “Apostamos por la diversión, no por el underground”, explica. “En Ibiza cada vez vienen menos clubbers. Tenemos que ofrecer música alegre, entretenimiento real.”
Entre los protagonistas de 2025 figuran Saga, The Masquerade, Shimza & Co, Francis Mercier, Honey Dijon y Mahmut Orhan, entre otros.
Costa asegura que en un mundo ideal, los lineups estarían cerrados en diciembre, luego de ADE en Ámsterdam, pero la realidad no es así. Cada vez se anuncian más tarde las residencias, incluso sobre la marcha de la temporada.
«El verano es muy complicado en Ibiza, vas jugando sobre la marcha, es un rompecabezas que no acaba nunca.» asegura costa, «Ibiza es un lugar muy complicado, es el sitio más complicado del mundo para contratar a un artista, te vas a Barcelona y te consigues lo que quieres, pero en Ibiza prácticamente no puedes contratar a nadie, es muy dificil»
“[UNVRS] ha tambaleado el tablero de Ibiza”
El directivo reconoce que la llegada de [UNVRS] ha supuesto un antes y un después. “De repente te abre un monstruo que te quita siete u ocho mil personas al día. Todos nos hemos visto afectados.” La competencia, dice, ha obligado a reestructurar estrategias: “Nunca se habían visto tantas promociones, descuentos o preventas con copas. [UNVRS] nos ha hecho espabilar.”
Nuevos hábitos y un cambio generacional
Costa observa que la noche ya no es lo que era. “Desde el COVID, la gente se va antes. Antes nadie llegaba antes de las dos; ahora, a la una ya está casi todo el mundo dentro y a las cinco empieza la retirada.” Para adaptarse, el club aplica estrategias de promociones con horarios flexibles.
“Ofrecemos entradas reducidas antes de medianoche o después de las cuatro, pero mantener a la gente hasta las siete es cada vez más difícil. Solo se quedan si la fiesta es realmente divertida.”
Costa se declara abiertamente antidrogas y defiende la responsabilidad en la industria: “No bebo ni me drogo. Para mí, trabajar de noche es solo un horario diferente. Pero si no estás al 100% de tus capacidades, no sirves. Cada noche pasan mil cosas y hay que estar lúcido.”
También destaca una transformación cultural: “Cada vez hay más DJs sanos, que no toman alcohol. Este año me han pedido más batidos de proteínas y agua con kombucha.” Y el cambio de consumo se ve en los VIP también: “Hace cinco años salían decenas de botellas de champán cada noche. Ahora ha caído en picado. Lo que se bebe es tequila y vodka. El Don Julio 1942 y Casa Azul son las estrellas.”
Este cambio, explica, altera incluso la economía de las mesas: “Antes, con tres botellas de champán alcanzabas el gasto mínimo por noche. Ahora, con tequila, es imposible. La gente no llega al consumo pactado y muchas veces se lleva las botellas a casa o las guarda para otra noche.”
El gran desafío: el alojamiento en la isla
Costa advierte de un problema estructural que afecta tanto a empresas como a trabajadores. “El alojamiento es el gran problema de Ibiza, es un problema que nos va a hacer daño. Por menos de 300 euros la noche no encuentras nada decente.”
Para paliarlo, Chinois ofrece vivienda a parte de su plantilla, igual que Beach House o Zuma. “Las empresas que no dan alojamiento están en desventaja.”
“Chinois es pequeño, pero esa es su magia”
Para el director, el tamaño es la esencia del club. “Nuestra fuerza es la intimidad. Puedes estar bailando al lado de un DJ de primer nivel. Esa conexión no existe en un macroclub.”
De cara al futuro, Costa lo tiene claro: “[UNVRS] seguirá siendo la novedad un par de años, pero Ibiza se regula sola. Los que hacemos bien las cosas, sobrevivimos. No se trata de competir por tamaño, sino por experiencia. Ibiza tiene que seguir siendo mágica. Y Chinois, sin duda, forma parte de esa magia.”













