TENSIÓN EN PERÚ

Cae Dina Boluarte: una presidenta impopular, múltiples escándalos y un país desbordado por el crimen

El Congreso de Perú destituyó a Dina Boluarte tras una maratónica sesión en la que 118 legisladores votaron por su vacancia, en medio de una ola de violencia y escándalos

Dina Boluarte
Dina Boluarte

El ciclo de Dina Boluarte como presidenta de Perú ha terminado abruptamente este viernes. El Congreso votó su destitución con 118 votos a favor de los 122 presentes, alegando su «permanente incapacidad moral» para liderar un país golpeado por la criminalidad, el descontento social y escándalos que marcaron su gestión desde diciembre de 2022.

De la vicepresidencia a la caída: la breve y accidentada era Boluarte

Natural de Apurímac y abogada de profesión, Dina Boluarte asumió la presidencia tras el fallido intento de golpe de Estado de Pedro Castillo, de quien fue vicepresidenta y ministra. Su ascenso al poder, inesperado y en un contexto crítico, la convirtió en la primera mujer en ocupar el cargo, pero también en una de las más impopulares: apenas un 3% de aprobación en las últimas encuestas, según distintos sondeos.

Durante sus casi dos años de gestión, la exmandataria acumuló numerosas investigaciones, acusaciones de frivolidad, represión excesiva, corrupción y, sobre todo, una gestión incapaz de enfrentar la creciente ola delictiva que azota a Perú.

Un país bajo fuego: crimen organizado y violencia sin control

El detonante de su destitución fue el ataque armado contra el grupo de cumbia Agua Marina, uno de los más populares del país, mientras ofrecía un concierto en un recinto del Ejército, en Lima. El hecho, que dejó varios heridos, generó una explosión de indignación ciudadana en redes sociales, visibilizando el hartazgo generalizado por la inacción del Gobierno frente a la criminalidad.

Perú atraviesa una crisis de seguridad con niveles de violencia que afectan a todos los sectores sociales. Boluarte, lejos de ofrecer respuestas claras, evitó presentarse ante el Congreso para defenderse durante el juicio político que culminó en su salida.

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Juicios, relojes y cirugías: las investigaciones que la rodean

A lo largo de su mandato, Boluarte enfrentó múltiples investigaciones fiscales. Entre ellas, destacan:

  • La represión de las protestas sociales ocurridas entre diciembre de 2022 y marzo de 2023, que dejaron cerca de 50 muertos. La Fiscalía la investiga por posibles delitos de homicidio, lesiones graves y hasta genocidio.

  • El caso ‘Rolexgate’, que desató una tormenta mediática tras ser vista usando relojes y joyas de lujo no declarados, generando sospechas de enriquecimiento ilícito.

  • Una presunta reunión secreta con la destituida fiscal general Patricia Benavides, supuestamente para negociar el archivo de una denuncia a cambio de mantener al director de la Policía.

  • Cirugías estéticas no declaradas, por las que se le acusa de ocultar al Congreso su inhabilitación temporal para ejercer funciones.

Sin apoyo ni base: una presidenta sin bancada ni respaldo popular

Desde su llegada al poder, Boluarte no contó con una bancada parlamentaria que la respaldase, ni con el apoyo de los sectores sociales más movilizados, especialmente en el sur del país. Su gobierno sobrevivió a seis intentos previos de destitución gracias al respaldo de partidos conservadores como Fuerza Popular y Alianza para el Progreso. Pero esta vez, ni Keiko Fujimori ni César Acuña pudieron sostenerla.

La situación se tornó insostenible ante la evidencia de su desconexión con la ciudadanía, las constantes polémicas y la sensación generalizada de desgobierno. El Congreso la declaró vacada y asumió la presidencia interina el jefe del Parlamento, José Jerí, del partido de derecha Somos Perú.

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Una tendencia en Perú: presidentes caídos

Con la salida de Boluarte, Perú suma seis presidentes desde 2016. De ellos, cuatro fueron destituidos, incluyendo a Pedro Pablo Kuczynski, Martín Vizcarra, Pedro Castillo y ahora Dina Boluarte. Este fenómeno refleja la inestabilidad política crónica del país andino, marcado por la fragilidad institucional y una clase política cada vez más desacreditada.

La designación de José Jerí como presidente interino abre una nueva etapa de incertidumbre. Con un Congreso fragmentado, una sociedad polarizada y una crisis de seguridad fuera de control, el futuro político de Perú sigue siendo incierto.

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