La definición de «buscavidas» es «persona diligente en buscarse por cualquier medio lícito el modo de vivir«. Si hay alguna característica de personalidad que defina a un argentino o al espíritu argento es esa; en el país del sur más al sur si no te reinventas una y mil veces, ¡te come la milladura!
Ariel Naso , un argentino nacido en Villa Pueyrredón, ha vivido la vida haciendo todo tipo de trabajos y encargos para salir adelante. Un día tuvo una idea casi surrealista, un disparate, absurda y muy simple, que le llevó a vivir experiencias de lo más variopintas, conociendo a famosos y celebridades que jamás habría conocido, y que le generó una manera de ganarse la vida honradamente. Esta es su historia.
-¿Cómo empieza tu aventura?
-Yo llego a Barcelona porque mi primo se liga a una mujer madura y divorciada, argentina, de dinero, y que vivía hace 30 años en Cataluña. Era el 2003 y yo quería irme de Argentina, trabajaba por 300 dólares al mes, sentía que no había futuro. Esta mujer nos dice “por qué no vienen a España, yo les doy casa y comida por un mes”. Fui, obviamente, y después del mes de gracia me puse a trabajar en mantenimiento en un hostal a cambio de techo y comida, y así arranqué. Luego me di cuenta que si iba a comer a un restaurante cualquiera de los trabajadores y levantaba la mano y decía “yo soy pintor” te contrataban en el acto. No me lo podía creer, varios venían a ofrecerme trabajo, ganaba 2.000 euros al mes pintando.
-¿Edad?
-Tenía 28 años y estaba feliz en ese momento y luego empecé a ganar 100 euros al día [se ríe], ¡estaba en la gloria!
De repente acabo viviendo en el ático de un palacete increíble, con mármol de Carrara y pinturas carísimas por todos lados de un señor que conocía de antes y que me llevó a Marbella, me dio trabajo y casa. Yo, alucinando, ni papeles tenía y viviendo como un rey… Luego conocí a Olga, rusa, el amor de mi vida que fue mi socia en el comienzo de la aventura del mojito, yo era mojitoman y ella mojitowoman. Nadábamos 8 kilómetros al día para ganarnos la vida.
Después de Marbella volví a Barcelona, conocí a un taxista argentino, me gustó la idea, estudié, me saqué la licencia y acabé haciendo el taxi un tiempo hasta que con ese mismo argentino nos fuimos a Marbella a montar un restaurante argentino. Se llamaba Tapas Argentinas y además de parrilla también hacíamos montaditos y tapas a la brasa. Ganó Rajoy las elecciones y la alcaldesa mató a Marbella apostando por San Pedro Alcántara. El invierno de 2012 fue un pueblo fantasma. Tuvimos que cerrar.
-¿Cómo empezó está película de vender mojitos nadando a los barcos fondeados en las costas de Ibiza y Formentera?
-En 2012 empecé en San Antonio, luego me fui a Formentera en 2013. Lo que hacíamos era tomarnos el ferry a Formentera, luego una barca a Espalmador que se llamaba Bahía, y recorríamos a nado toda la bahía de Espalmador, el paso de truncador (es Pas des Trucadors) y andábamos hasta Juan y Andrea. Un montón, piensa que no era en línea recta, era de barco en barco; en zig zag. Usábamos aletas de apnea que son pesadas pero impulsan muy bien.
Mientras lo escucho me lo estoy imaginando, apareciendo de la nada ofreciendo mojitos a barcos fondeados muy lejos de la costa y me entra la risa gorda.
[Nota para el español: en Argentina si se forma una cola de tres personas en cualquier situación o geografía de todo el territorio nacional aparecen vendedores ambulantes de debajo de las piedras]
-¡Y encima disfrazado de superhéroe!
-¡Nooo! [estoy por llorar de risa por el disparate de la situación]
-Me imagino que la gente no salía de su asombro al verte. Incluso creo que otra cosa muy argentina es vender a través del humor y con eso en mente creo que provocar esa situación tan disparatada invita a querer saber más de este personaje que me acaba de aparecer de la nada, ¿no?
-Fíjate que no, la primera reacción era de miedo por pensar que me estaba ahogando.
Y en ese momento le soltaba un “¿quieres un mojito?”, y no entendían, y yo remataba mientras sacaba un manojo de menta “que tengo la bolsa de la alegría”.
Y flipaban también pensando quién es este tipo que va a vender mojitos a yates de lujo a 500 metros de la costa como si no tuvieran chef privado y barra libre…
-Es el claro ejemplo de esas ideas que son un auténtico disparate pero ahí está la genialidad.
-Una idea brillante, mandada por Dios y que yo ejecuté demasiado bien. Yo le serví a más de 500 celebridades, desde Leonardo Di Caprio, Paris Hilton, Liv Tayler, Roberto Cavalli que me invitó una vez a cenar con él, y futbolistas – casi todos, de Messi a Cristiano pasando por el que se te ocurra.
Pero más que nada hice todo eso por necesidad o como dijo el gran boxeador argentino Carlos Monzón cuando le preguntaron qué se necesita para ser un campeón y él dijo “hambre”.
-Si le dices a cualquiera que trabajas todo el día en el mar Mediterráneo te envidiarían, pero debe de ser durísimo este trabajo, todo el día al sol, en el mar nadando arrastrando carga, etcétera…
-Más allá de lo duro, el tema es cómo está la marea y el viento. Yo hice dos temporadas y media a nado, luego con una zodiac.
-¿Qué es lo peor de este trabajo?
-Aguantar el calor con traje seco. Mis dos años de gloria fueron 2015 y 2016, que llegué a hacer 3.500 euros en 5 horas, no soltaba el teléfono, no paraba de sonar y en esa época no me podía mojar el traje, y ¿machacando mojitos?, imagínate. Muchas veces me bajaba la presión, además de salirme una pelotita o quiste en el brazo por machacar tanto. Hacía como 100 mojitos cada día. Llegaba con la cara negra y el cuerpo blanco.
-¿Y por qué el traje seco?
-Porque la gente quería la foto con el personaje y el traje era parte del circo.
-¿Cuál es la situación más peligrosa en la que estuviste?
-Cuando las embarcaciones no te ven y tienes que nadar al fondo rápido para que no te atropellen. Yo llevaba una boya naranja siempre pero hay ciertos barcos con ángulos muertos y no te ven a corta distancia. Eso me pasó 3 o 4 veces y luego de un patinazo en un barco me rompí el coxal derecho, también me auto apuñalé en el pie sin querer… me ha pasado de todo…

-¿De dónde sale el apodo de “mojitoman”?
-Me lo ponen unos irlandeses en el Café del Mar. Pasó que me asociaron con aquaman y mezclaron mojito y man. De todo el mundo anglosajón no hay nadie más divertido que ellos. Uno me gritó “hey, mojitoman” y al día siguiente me hice la camiseta.
-¿Cómo gestionas la logística del hielo, frutas frescas, menta y demás ingredientes tantas horas bajo tanto calor?
-Llevo mochilas térmicas Quechua de 30 litros del Decathlon, el mejor producto que tienen, es espectacular, aguantan el frío 6 horas y no se mojan.
La menta yo ya la llevo separada en dos manojos porque cada vez que abro uno no caliento y contamino con sal todo el ramo. Todo va con hielo, la lima y la fresa del día ya cortada antes de entrar al agua.
-¿Te tienta preparar un trago alternativo al mojito inventado o ya creado?
-Yo a muerte con el mojito pero tengo un proyecto de hacerlo envasado en lata. La fórmula me la va a hacer un médico argentino experto en química que fue el médico del papa. Es mi proyecto más importante ahora.
-¿Pero el mojito tuyo es la receta clásica o innovaste?
-Lo único que cambié es el ron blanco por el ron añejo. Mojito con ron blanco es una receta del siglo XIX. El mojito nace de un marinero para matar el escorbuto del capitán con lo que tenía en el barco. Ahí nace la receta original, creo que porque Cuba es pobre, porque si tuvieran más recursos seguro hubiera cambiado. También yo uso agua con gas cuando hay gente que usa casera, tónica o 7up, que me parece muy mal porque le agregas dulce para nada.

-¿Siempre cobras lo mismo o depende quién esté en el yate qué precio dices?
-Siempre le cobré lo mismo a todos y nunca cambié el precio hasta este año, después de 13 temporadas de no tocarlo.
¿A cuánto?
-Cuando empecé usaba Bacardi lo cobraba a 10 euros y 15 euros el de medio litro. El año siguiente sólo hacía de medio litro a 20 euros y nunca lo cambié, hasta este año. Ahora a 25 porque no dan los números, en cuanto tienes un problema con el barco por ejemplo se te va todo a la mierda.
-¿Cuál ha sido, hasta ahora, la historia más divertida o extraña con un cliente mientras preparabas un mojito en un yate?
-¡Me han agarrado la polla frente a mi chica! De abajo y entre la piernas, una rusa muy drogada de MDMA, y yo con el traje de neopreno y una lengua falsa super larga para hacer la gracia pero la gordita se ve que no se aguantó. Me pidieron que le muerda el culo a una brasileña para una foto, me han contratado y resultaron ser producciones de pornografía… que sé yo, de todo porque imagínate si en tierra pasan cosas, en el mar…
-Volviendo a la parrilla que montaste en Marbella, leí que le preparaste un mojito a Rajoy, ¿le dijiste algo?
-Uy yo odiaba a Mariano Rajoy, no lo podía ver, me parecía el tonto más grande de España. Después lo conocí en persona y me enamoré de él.
– ¡¿Qué qué?!
-Creo que es uno de los presidentes más inteligentes de España y alguien muy interesante que lo hemos perdido.
-¿Me estás hablando en serio?
-Te lo juro.
-No podía ni hablar español…
-Eso es lo que vos crees, el tío es más listo que el hambre.
-¿Me estás diciendo que crees que es un listo que se hace el tonto?
-No sé si es que se hace el tonto o es demasiado prudente, además una persona lista no te demuestra su inteligencia.
-A ver, cuéntame la película tal cual…
-Yo me junto con el barco al suyo y veo que se acerca a agarrar el cabo de mi barca, ni el capitán ni el marinero vinieron. Le tiré el cabo a él y me pareció un gesto muy humilde. Ya me cayó bien. Le digo en broma “tranquilo Mariano que la corrupción no la inventaste vos, la inventaron los judíos y los romanos, no te preocupes que le pasa a cualquiera”. Y se rio.
De pronto me pregunta cómo acabé haciendo esto y le dije en la cara “por tu culpa, hermano, ¡vuestra gestión en Marbella fue tan mala que te cargaste mi restaurante!”, y él se reía. Al final le rematé cuando fui a cobrarle que le dije “mira Mariano que esto es sin factura, ¡entre bomberos no nos pisamos la manguera!” y todos en el barco descorchados de risa. Después de eso le pedí que me legalizara.

-¿Messi o Maradona?
-¡Los dos! Yo le hice mojitos a Messi y te enamorás, más de lo que ya estabas. Es puro amor, humildad absoluta, bondad en la mirada, mientras yo le servía el mojito él me cebaba mate… naaa.. no me lo olvido más. Él vive para su familia y la pelota.
Con Diego yo viví cuatro años muy pegado, lo conocí por Carlitos Zorrito Ferrito Viera que fue muy amigo del Diego en sus últimos años, de hecho le salvó la vida en Punta del Este cuando le dio un ataque. Yo, aunque parezca mentira no tengo ni una foto con él porque primero no había teléfonos con cámara y después era raro pedirle siendo amigo, no sé… pero me arrepiento muchísimo. También por el grupo de cumbia Volcán, que eran amigos y yo hacía sonido e iluminación y el Diego contrata a la banda para el cumple de 15 años de Dalma y desde ahí salimos con él de fiesta. Y te digo, y te lo juro, yo soy el único que no tomó cocaína con él. Carlitos me dijo una vez «sos el único que conozco, sano, que pudo cuidarse dentro del entorno de él». Pero mil historias tengo, él fue la universidad a la que nunca fui…
– Cuéntame una…
-Una vez estábamos reventados en dos sofás y él ve que en la mesa hay dardos y en la pared una diana… empezó a agarrar los dardos con los dedos de los pies y los tiraba con las piernas… todos dentro del tablero…
Él me dijo una vez, “nunca busques la plata, plata tiene cualquiera, buscá siempre la gloria”.
La foto de portada es de Nacho García Milla, las demás de su Instagram.













