La Audiencia Provincial de Palma celebrará este miércoles, a las 10.00 horas, un juicio contra un hombre acusado de violar a un menor de 15 años en Ibiza, en un caso que la Fiscalía describe como un relato de abuso marcado por el engaño y el encierro. El procesado, de edad avanzada, supuestamente se ganó la confianza del joven a través de redes sociales antes de invitarlo a su domicilio con la excusa de jugar a un videojuego.
Engaño digital y confianza traicionada Según el escrito de acusación, a mediados de febrero de 2022 el acusado contactó al menor enviándole una solicitud de amistad en una red social. Tras varios días conversando sobre videojuegos, el adulto le preguntó por su edad y orientación sexual. Al saber que tenía 15 años, le propuso mantener relaciones sexuales, propuesta que el menor rechazó de forma tajante.
Un mes más tarde, el acusado insistió en que acudiera a su domicilio en Ibiza para jugar a la consola, concretamente al título Naruto Shippuden. El menor aceptó, sin sospechar lo que ocurriría.
Encerrado en la habitación Ya en la vivienda, ambos entraron en la habitación del acusado, que cerró con un pestillo colocado en la parte superior de la puerta, inaccesible para el joven. Comenzaron a jugar, pero en un momento dado el adulto empezó a hacerle tocamientos. El menor intentó apartarlo y pidió marcharse, pero el acusado se negó a abrir la puerta y llegó a amenazarle.
Acorralado y sin salida, el adolescente volvió a sentarse. Fue entonces cuando el acusado lo desnudó y lo violó, obligándole después a practicarle sexo oral. Al terminar, el hombre salió a la cocina y el menor aprovechó para escapar.
Secuelas psicológicas graves Tras la agresión, la víctima bloqueó al agresor en la red social, aunque este intentó contactarle desde otros perfiles. El adolescente contó lo ocurrido a su madre, pero tardó en denunciar por miedo a represalias.
La agresión sexual dejó un profundo impacto en la víctima, que sufre trastorno de estrés postraumático con hipervigilancia, alteraciones cognitivas, problemas de concentración y del sueño, además de una importante afectación emocional. Desde entonces ha necesitado tratamiento psicológico.
Petición de condena El Ministerio Público solicita para el acusado 12 años de prisión, la prohibición de comunicarse o acercarse a la víctima durante 20 años y siete años de libertad vigilada tras su salida de prisión. Asimismo, pide la inhabilitación para ejercer la patria potestad durante cinco años, la prohibición de trabajar con menores durante dos décadas y el pago de una indemnización de 15.000 euros más los intereses legales.













