Nestlé, el gigante suizo de la alimentación con más de 150 años de historia y una de las mayores multinacionales del sector, ha anunciado un plan de reestructuración que supondrá la eliminación de 16.000 puestos de trabajo en todo el mundo durante los próximos dos años. La noticia, que sacudió este jueves al mercado y a los trabajadores de la compañía, llega tras la publicación de los resultados financieros correspondientes a los nueve primeros meses de 2025, en los que la empresa registró un descenso del 1,9 % en sus ventas, hasta los 65.900 millones de francos suizos (unos 78.000 millones de euros), según informó la agencia AFP.
“El mundo está cambiando y Nestlé debe adaptarse”
El anuncio fue realizado por el nuevo director general de Nestlé, Philipp Navratil, quien asumió el cargo en septiembre tras una profunda crisis en la cúpula de la compañía. En un comunicado oficial, el ejecutivo justificó la decisión como parte de una estrategia de modernización y eficiencia global.
“El mundo está cambiando y Nestlé debe adaptarse más rápidamente. Esto implica tomar decisiones difíciles, pero necesarias, para reducir la plantilla”, explicó Navratil, quien hasta hace unos meses era el máximo responsable de Nespresso, una de las divisiones más rentables del grupo.
El plan prevé la supresión de 12.000 puestos administrativos en distintas funciones y regiones del mundo, una medida que, según la compañía, permitirá ahorrar 1.000 millones de francos anuales de aquí a finales de 2027, el doble de lo que se había previsto anteriormente.
A esta cifra se suman otros 4.000 empleos que serán eliminados dentro de las iniciativas ya en marcha orientadas a acelerar la producción y la cadena de suministro, lo que elevará el número total de despidos a 16.000 trabajadores.
Una reestructuración con impacto global
El conglomerado suizo, que cuenta con más de 270.000 empleados en todo el mundo, no ha precisado aún qué países o divisiones se verán más afectados por la reducción de personal. Sin embargo, el impacto podría sentirse en todas las áreas de la empresa, desde las oficinas centrales hasta las plantas de producción y distribución.
Nestlé opera en más de 180 países y comercializa más de 2.000 marcas, entre ellas algunas de las más reconocidas del mundo, como Nescafé, Maggi, KitKat, Purina, Nesquik, Nespresso, Gerber o San Pellegrino.
La decisión de reducir su plantilla se produce en un momento de desaceleración del consumo global, en el que las grandes corporaciones del sector alimentario buscan mejorar su rentabilidad tras años de inflación y aumento de costes.
Crisis en la cúpula y cambio de liderazgo
La compañía atraviesa además un periodo de inestabilidad interna, marcado por varios movimientos en su cúpula directiva. Su anterior consejero delegado, el francés Laurent Freixe, fue despedido tras revelarse una relación amorosa con una subordinada, según informó la prensa suiza. Poco después, el presidente del grupo, el belga Paul Bulcke, anunció también su salida, generando una profunda crisis institucional en la empresa.
La llegada de Philipp Navratil al frente de Nestlé ha sido interpretada como un intento de recuperar la confianza de los inversores y redefinir la estrategia global de la compañía. El nuevo directivo, de origen suizo, ha trabajado más de dos décadas en la multinacional y es conocido por su perfil discreto y su visión pragmática.