La tasa de pobreza en Baleares ha registrado una mejora durante el último año, pero la situación de quienes permanecen en riesgo se ha vuelto más dura.
Según el XV Informe El Estado de la Pobreza en España elaborado por la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN-ES), el porcentaje de población balear en situación de pobreza se redujo un 26,1% en 2024, situándose en el 11,3%, por debajo de la media nacional.
Sin embargo, la organización advierte de un fenómeno preocupante: la pobreza se concentra con mayor intensidad, afectando especialmente a los hogares con menos recursos.
¿Qué sucede con la pobreza en Baleares? La traducción de los números
El informe señala que la tasa de pobreza severa (la que agrupa a personas cuyos ingresos son inferiores al 40% de la mediana estatal) se sitúa en el 5,4%, lo que equivale a quienes viven con menos de 644 euros al mes.
A pesar de que esta cifra ha caído 1,6 puntos respecto al año anterior, la EAPN advierte que más del 45% de las personas en riesgo de pobreza en Baleares sufren una situación extrema.
También desciende la pobreza infantil, que afecta al 19,4% de los menores, así como el riesgo de pobreza o exclusión social (tasa AROPE), que se reduce al 16,2%. Además, la renta media por persona ha aumentado un 12,6% en el archipiélago, alcanzando los 15.926 euros anuales.
Sin embargo, la organización matiza que los indicadores de renta “no reflejan toda la realidad” y que muchas familias siguen atravesando graves dificultades para cubrir necesidades básicas.
Los alquileres, uno de los mayores factores de vulnerabilidad

El informe también destaca que el encarecimiento de la vivienda continúa siendo uno de los principales problemas estructurales en Baleares.
Los precios de los alquileres han subido un 77% en la última década, muy por encima del promedio nacional, situando al archipiélago entre las comunidades con mayor presión habitacional junto a Canarias, Cataluña, Madrid y la Comunitat Valenciana.
Según el estudio, cuatro de cada diez hogares destinan al menos el 40% de sus ingresos a la vivienda, lo que agrava la vulnerabilidad económica y limita la capacidad de ahorro.
Desigualdad territorial y brecha norte-sur
A nivel nacional, la EAPN-ES alerta sobre la persistencia de una “brecha norte-sur” en los niveles de pobreza y exclusión social. Mientras que comunidades como Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura y Murcia presentan las tasas más altas, otras regiones con mejores indicadores (como Euskadi, Navarra o Baleares) concentran una pobreza más intensa, donde los afectados disponen de ingresos muy por debajo del umbral mínimo.
El informe revela que, en total, 12,5 millones de personas en España se encuentran en riesgo de pobreza o exclusión social, lo que equivale al 25,8% de la población, la cifra más baja desde 2014, pero aún elevada.
El crecimiento económico no basta para reducir la desigualdad

La organización subraya que el crecimiento del PIB y del empleo no se traduce automáticamente en una mejora de las condiciones de vida. Regiones con economías sólidas, como Madrid o la Comunitat Valenciana, continúan mostrando altos niveles de desigualdad: en la capital, por ejemplo, el 20% más rico gana 5,5 veces más que el 20% más pobre.
EAPN reclama más inversión social, una fiscalidad progresiva y políticas públicas de cohesión territorial, al considerar que el sistema actual “no logra proteger suficientemente a los hogares con menos ingresos”.
Solo en 2024, las prestaciones sociales y las pensiones evitaron que 11,1 millones de personas cayeran en la pobreza, aunque su impacto varía según la región.











