La muerte de Isak Andic, fundador de la firma textil Mango y uno de los empresarios más influyentes de España, sigue rodeada de dudas diez meses después del suceso. El magnate, de 71 años, falleció el 14 de diciembre de 2024 tras caer por un acantilado de más de cien metros en la montaña de Collbató (Barcelona), mientras realizaba una excursión junto a su hijo, Jonathan Andic.
Lo que en un principio se consideró un accidente de montaña ha dado un giro inesperado: el Juzgado de Instrucción número 5 de Martorell investiga ahora si podría tratarse de un homicidio.
Un accidente que despertó sospechas
El día de la tragedia, padre e hijo caminaban por un sendero que conduce a Montserrat. Según el relato inicial, Isak Andic resbaló y cayó al vacío, perdiendo la vida en el acto. Los primeros informes de los Mossos d’Esquadra apuntaban a un accidente fortuito, y el juez encargado del caso estuvo a punto de archivar la causa apenas dos días después del suceso.
Sin embargo, las primeras declaraciones tanto de Jonathan Andic como de Estefanía Knuth, esposa del empresario, generaron dudas entre los investigadores. Pequeñas incongruencias en los testimonios y detalles confusos sobre cómo se produjo la caída llevaron a la policía catalana a mantener abiertas las diligencias.
Una investigación que se complica

A comienzos de enero de 2025, la causa fue archivada de forma provisional, una decisión que buscaba detener los plazos judiciales mientras se recopilaban nuevas pruebas. Los Mossos habían interrogado a Jonathan Andic en dos ocasiones, y los agentes advirtieron contradicciones significativas en su relato sobre el momento del accidente.
Meses después, en marzo de 2025, la jueza reabrió oficialmente la investigación y, aunque el procedimiento formal se reactivó, los Mossos nunca dejaron de trabajar en el caso. Los investigadores analizaron el teléfono móvil del empresario, recuperado tras la caída, con el objetivo de reconstruir el itinerario exacto que siguieron padre e hijo.
El análisis de esos datos, sumado a otras diligencias, aumentó las dudas: los tiempos, los recorridos y algunos movimientos no coincidían con la versión inicial.
Del accidente al posible homicidio

En octubre de 2025, el caso dio un giro radical: la jueza de Martorell decidió decretar el secreto de las actuaciones para continuar la investigación bajo la hipótesis de un posible homicidio. La medida busca proteger las pesquisas y evitar filtraciones en una causa que, según fuentes judiciales, ha pasado de ser un accidente fortuito a un caso con indicios de delito.
Por ahora, Jonathan Andic figura como testigo investigado, una figura procesal que no implica imputación formal pero sí permite indagar en su papel durante los hechos. Los Mossos mantienen hermetismo absoluto, aunque las pruebas recopiladas (entre ellas, los datos del móvil y las condiciones del terreno) serán clave para determinar si la muerte del empresario fue realmente accidental o si hubo intervención de terceros.
El silencio de la familia y el legado del empresario
Desde la muerte de Isak Andic, la familia ha mantenido un silencio absoluto. Jonathan, heredero natural del imperio Mango y vicepresidente de la compañía, ha limitado sus apariciones públicas al ámbito empresarial.
Fuentes cercanas a la familia aseguran que el entorno más próximo del empresario está “devastado pero confiado en que se esclarecerá la verdad”.
Isak Andic fue uno de los grandes nombres del textil español, fundó Mango en 1984 y la convirtió en una de las firmas más importantes del mundo, con presencia en más de 100 países. Su muerte, inicialmente tratada como un accidente trágico, se ha transformado ahora en un caso lleno de incógnitas que podría cambiar por completo la versión oficial de los hechos.