Amancio Ortega, fundador de Inditex y primer accionista del gigante textil, ingresará este lunes 1.552 millones de euros en dividendos, correspondientes al segundo pago de la retribución anual que la compañía gallega distribuye entre sus accionistas. A esa cantidad se suma la ya cobrada en mayo, con lo que Ortega se embolsará más de 3.104 millones de euros solo este año, récord histórico para el empresario.
Su hija, Sandra Ortega, tampoco se queda atrás: con una participación del 5,05 % en Inditex (157,4 millones de acciones), cobrará este lunes 132 millones, lo que eleva su ingreso anual en dividendos a 264 millones de euros.
El día más rentable del año para la familia Ortega
Inditex repartirá este ejercicio 5.235 millones de euros entre todos sus accionistas, tras haber elevado el dividendo un 9 %, hasta los 1,68 euros por acción. El pago se realiza en dos tramos de 0,84 euros: el primero se abonó en mayo y el segundo llega este lunes 4 de noviembre, incluyendo una parte ordinaria (0,29 €) y otra extraordinaria (0,55 €).
Ortega controla un 59,29 % del capital de Inditex, es decir, 1.848 millones de acciones, a través de sus sociedades Pontegadea Inversiones y Partler. Con esos dividendos, financia parte de sus operaciones en el sector inmobiliario, donde ha consolidado la mayor inmobiliaria de España especializada en edificios de oficinas prime en ciudades como Madrid, Londres, Nueva York o Tokio.
Entre sus últimas adquisiciones figura un centro logístico alquilado a Amazon en Reino Unido por 92 millones de euros, y el edificio Sabadell Financial Center en Miami, por más de 236 millones.
El rey del textil y del ladrillo
Con una fortuna estimada por Forbes en 114.943 millones de euros, Ortega vuelve a encabezar el ranking de grandes fortunas españolas y ocupa el noveno puesto a nivel mundial. Su hija Sandra, por su parte, figura como la segunda persona más rica de España y número 230 del mundo, con 10.011 millones de euros.
Estos datos no solo confirman el dominio de la familia Ortega en el negocio textil, sino también su creciente peso en el mercado inmobiliario internacional, con inversiones que van desde centros logísticos en el Reino Unido hasta rascacielos corporativos en Estados Unidos.












