Santa Eulària des Riu ha iniciado los trabajos de la campaña de poda de invierno 2025-2026, que este año introduce un nuevo modelo de gestión del arbolado urbano centrado en la sostenibilidad y la adaptación al cambio climático. El objetivo es favorecer zonas de sombra natural, mejorar el confort térmico en los espacios públicos y reforzar la resiliencia climática del municipio.
Esta iniciativa se enmarca en la estrategia municipal de adaptación al cambio climático, impulsada por el Ajuntament de Santa Eulària des Riu, con el fin de mitigar los efectos del calor extremo, especialmente en plazas, parques, entornos escolares y zonas peatonales.
Un modelo de poda más respetuoso con el entorno
La campaña apuesta por reducir las podas severas y fomentar un modelo de poda ligera y de mantenimiento, que respete la estructura natural de los árboles. Este cambio permitirá el desarrollo de copas más amplias y frondosas, lo que incrementará la superficie de sombra, favorecerá la biodiversidad y mejorará la captación de CO₂.
Según fuentes municipales, este tipo de poda contribuye a aumentar la longevidad y la salud del arbolado urbano, además de reducir el estrés vegetal y los costes de mantenimiento a largo plazo.
Zonas incluidas en la campaña 2025-2026
Las actuaciones se desarrollarán en los principales núcleos del municipio:
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Santa Eulària pueblo: Parque Cas Capità (ficus y moreras), paseo peatonal de Mercadona (plátanos de sombra), plaza del Cañón (tipuanas) y paseo S’Alamera (plátanos y naranjos).
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Puig d’en Valls: S’Olivera, parque VPO y plaza de la Iglesia.
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Jesús: Plaza nueva, plaza de la Iglesia, parque junto al centro cultural y parque Can Basso.
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Santa Gertrudis: Plaza peatonal, parque infantil y polideportivo de piscinas.
Beneficios ambientales y sociales
El consistorio subraya que esta tipología de poda forma parte de una política integral de renaturalización urbana, cuyo objetivo es crear espacios públicos más saludables y estéticamente agradables. Entre los principales beneficios destacan:
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Mayor longevidad y vitalidad del arbolado.
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Menor frecuencia y coste de intervenciones futuras.
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Mejora de la calidad ambiental y del paisaje urbano.
Además, se priorizarán las zonas de uso peatonal y educativo, donde la sombra natural resulta esencial para el bienestar y la seguridad de la ciudadanía.












