«FUE LA PEOR DECISIÓN DE MI VIDA»

Dani Benítez rompe el silencio y revive el error que destruyó su carrera deportiva: «Me metí una raya de cocaína creyendo que iba a estar mejor para ir a entrenar»

En un nuevo documental, el exfutbolista detalla cómo una sola decisión tras una noche de fiesta marcó para siempre su trayectoria y lo dejó fuera de la élite

Dani Benítez
Dani Benítez

El exfutbolista Dani Benítez, recordado por su paso por clubes como el Granada o el Mallorca, vuelve a situarse en el centro mediático tras ofrecer uno de los testimonios más contundentes de su vida profesional. Lo ha hecho en un nuevo documental emitido por Movistar, donde reconstruye con crudeza la noche que cambió su futuro para siempre: un consumo puntual de cocaína que terminó en un positivo por dopaje y una sanción que frenó en seco su evolución en Primera División.

El propio Benítez reconoce que, hasta ese momento, nunca había consumido drogas y que se trató de una decisión tomada desde la inconsciencia absoluta. El relato, crudo y sin adornos, lo muestra enfrentándose a un error que, como él mismo admite, arrastrará “siempre”.

La noche que lo cambió todo: alcohol, presión y una decisión fatal

El exjugador narra con detalle aquel viernes que desembocó en el control antidopaje que arruinó su carrera. La historia comienza con una fiesta en su casa que se extendió mucho más de lo previsto. Sin dormir, completamente ebrio y con un entrenamiento a las 7:30 de la mañana, tomó una decisión desesperada.

Llegó un viernes e hicimos una fiesta en casa, y se alargó. Al día siguiente tenía entrenamiento, serían las 7:30 de la mañana y estaba muy borracho. Dije ‘madre mía, que ahora tengo que ir a entrenar y no estoy en estado de ir a entrenar’. Una persona me dijo: ‘Métete una raya, te vas a espabilar y te vas a entrenar’. Y me metí una raya de cocaína. Ese fue el mayor error de mi vida y lo voy a arrastrar siempre. Me metí una raya de cocaína creyendo que mi cuerpo iba a estar mejor para aguantar e ir a entrenar. Jamás en la vida había consumido drogas, jamás”, explica en el documental Informe Plus.

El resultado de esa noche es conocido: el control antidopaje posterior al partido contra el Betis, positivo por cocaína, y una sanción de dos años que truncó su progresión y cerró muchas puertas que hasta ese momento parecía tener abiertas.

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Un error que se llevó por delante su vida profesional

Meses atrás, el exjugador también abordó este episodio en el plató de El Chiringuito, donde resumió en una frase el impacto que tuvo en su vida: “Me quitaron mi vida”. A pesar del dolor, insiste en que nunca tuvo una adicción posterior ni un consumo habitual. “¿Si fui adicto después? No, para nada… Siempre he hablado de este tema sin tapujos y no tengo problemas en reconocer el error”, contaba entonces a Josep Pedrerol.

Benítez recuerda con claridad aquel día del positivo, un partido contra el Real Betis que llegó acompañado de un contexto personal que, visto con perspectiva, era una tormenta perfecta. “Jugábamos contra el Real Betis en casa, el domingo a las 12. Yo salía de una lesión e hicimos una fiesta en casa. Yo pensaba que no iba a ir convocado, lo he contado muchas veces”, relata. Pero sí fue convocado. Y la peor decisión de su vida, tomada pocas horas antes, ya no tenía vuelta atrás.

El peso de una sanción que lo dejó sin oportunidades

La sanción de dos años se convirtió en una losa difícil de levantar. Aunque se esforzó por volver, por demostrar que había sido un error puntual, el fútbol profesional no le dio otra oportunidad. “Una noche que me emborraché y tomé la peor decisión de mi vida. Eso me costó la sanción”, admite.

Pese a repetir que nunca desarrolló una dependencia a las drogas, el estigma del positivo le acompañó durante años y condicionó cualquier opción de regresar a la élite. “¿Si fui adicto después? No, para nada… Jamás he tenido un problema de drogadicción, por así decirlo. Gracias a Dios”, insiste en su defensa.

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Un regreso frustrado: puertas cerradas y una segunda oportunidad que nunca llegó

Tras cumplir la sanción, volvió a entrenarse y a buscar equipo, pero el rechazo fue generalizado. Él mismo reconoce cuánto le dolió ver que su nombre generaba desconfianza.

Cuando volví de los dos años de sanción todas las puertas estaban cerradas. Y eso es una cosa que me dolió mucho. Es normal que no confíen en ti, pero es complicado… Yo lo que quería era volver a ser jugador de fútbol y demostrar que me equivoqué, que tuve un fallo. Fue una fallo muy grave, que no se tenía que haber cometido, pero no puedes borrarlo”, reflexiona.

Ese fracaso en su intento por reintegrarse en la élite marcó el fin de su etapa en el fútbol profesional tal y como lo había soñado.

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