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Los datos impactantes de Curazao, el país más pequeño del Mundial 2026

La isla del Caribe consiguió un pase histórico tras igualar con Jamaica. Su clasificación la convierte en la nación con menor población en llegar a una Copa del Mundo.

Curazao

Curazao ha logrado un hito histórico rumbo al Mundial de 2026: convertirse en el país más pequeño en asegurar su clasificación para la próxima Copa del Mundo. La selección caribeña certificó su pase tras empatar con Jamaica el 18 de noviembre, una hazaña que ha despertado la atención internacional.

Según National Geographic, la isla es un territorio con un peso histórico relevante en el Caribe, marcado por procesos migratorios, influencia colonial y un papel estratégico en distintos momentos de la historia regional.

Una isla pequeña con una historia demográfica singular

La capital de Curazao es Willemstad, un puerto que resume buena parte del carácter de la isla: aunque su territorio es reducido, su posición a apenas 160 km de la costa venezolana ha marcado profundamente su historia social.

Según el Centro de Estrategias y Estudios Internacionales (CSIS), Curazao y su vecina Aruba han sido, en proporción a su tamaño, los territorios que más ciudadanos venezolanos desplazados han recibido en los últimos años.

Esa ubicación estratégica también explica que la isla haya tenido un papel relevante en momentos clave de la historia del continente.

Del dominio español al control neerlandés

La presencia europea comenzó en 1499, cuando la expedición de Alonso de Ojeda llegó a la isla; en los años posteriores, como parte de la gobernación de Nueva Andalucía, Curazao, Aruba y Bonaire quedaron bajo administración española.

El desencanto por la ausencia de metales preciosos llevó a Diego Colón a bautizarlas como “Islas Inútiles”. La población indígena fue deportada masivamente a La Española para trabajar en minas.

En 1634 la historia dio un giro definitivo: la Compañía Neerlandesa de las Indias Occidentales (WIC) tomó posesión de la isla tras una expedición dirigida por Johan van Walbeeck. La capitulación formal permitió que un pequeño grupo de españoles e indígenas abandonara la isla rumbo a Venezuela.

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Desde entonces, Curazao quedó integrada en la órbita neerlandesa, configuración que se mantiene hasta hoy.

Curazao como nudo comercial del Caribe y centro esclavista

Bajo dominación neerlandesa, Curazao se convirtió en un enclave comercial fundamental. Su puerto, gestionado por la WIC, se transformó en uno de los principales puntos de entrada y redistribución de personas esclavizadas procedentes de África hacia diferentes colonias del Caribe y Sudamérica.

Esta etapa también consolidó el neerlandés como lengua administrativa. Aunque el papiamento siguió siendo la lengua cotidiana, incorporó abundante léxico neerlandés, especialmente relacionado con el comercio, la gobernanza y la vida urbana.

Willemstad: la ciudad que nació del Caribe y del estilo neerlandés

Los edificios de Curazao

Una de las imágenes más reconocibles de Curazao es su arquitectura colonial. Willemstad, conocida como el “Ámsterdam tropical”, combina diseños típicamente neerlandeses con fachadas pintadas en tonos vivos.

La explicación de esta paleta colorida se atribuye al gobernador Albert Kikkert, quien a comienzos del siglo XIX afirmó que el blanco encandilaba bajo el sol caribeño y ordenó pintar los edificios en tonos más oscuros y variados.

La práctica se convirtió en tradición y, décadas después, en parte del atractivo turístico que ayudó a que la ciudad fuera declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Refugio de comunidades judías sefardíes

En el siglo XVII, Curazao se transformó en hogar para judíos sefardíes expulsados de España y Portugal. Muchos habían residido antes en Brasil y llevaron consigo el uso cotidiano del portugués, que influyó en prácticas comerciales y religiosas.

Su legado perdura en la Sinagoga Mikvé Israel-Emanuel, inaugurada en 1732 y considerada la más antigua en funcionamiento continuo del continente americano. Su interior cubierto de arena recuerda las antiguas persecuciones y simboliza el paso por el desierto del pueblo judío.

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Una moneda propia y una economía anclada al dólar

El florín antillano neerlandés

Aunque Curazao forma parte del Reino de los Países Bajos, posee autonomía en diversos ámbitos, entre ellos el monetario.

Desde 1828 utiliza el florín antillano neerlandés (ANG), anclado al dólar estadounidense mediante un cambio fijo que otorga estabilidad financiera a la isla. Esta moneda es un vestigio de su pasado colonial y de su integración económica regional.

El rol clave de Curazao en la Segunda Guerra Mundial

Durante la Segunda Guerra Mundial, la isla se convirtió en uno de los puntos más estratégicos del hemisferio. Sus refinerías procesaban petróleo venezolano crucial para abastecer a los aliados, sobre todo para la producción de combustible destinado a aviones y barcos.

Esa importancia la convirtió también en objetivo militar: en 1942, submarinos alemanes atacaron buques e instalaciones petroleras en aguas de Curazao, dentro de la campaña del Eje en el Caribe.

La clasificación de Curazao para el Mundial de 2026 supone un punto de inflexión para una selección que hasta ahora había tenido poca presencia en los grandes escenarios internacionales. Más allá del impacto deportivo, el logro permitirá que la isla gane visibilidad y que su nombre circule con más frecuencia en la agenda informativa.

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