Ibiza mantiene su liderazgo global en el ocio nocturno. Así quedó demostrado este miércoles cuando ha arrasado en los Golden Moon Awards 2025, consolidando su dominio mundial. Pero debe encarar retos cada vez más complejos para no perder ventaja frente a nuevos destinos que emergen en el Mediterráneo.
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Así lo asegura David López, director adjunto de Costa Este, en una reflexión detallada sobre el presente y el futuro de la isla. Lo hace tras su paso por el 10º Congreso Internacional de Ocio Nocturno, celebrado en Valencia, donde el papel de Ibiza ha vuelto a situarse en el centro del debate.
Desde su experiencia como empresario cercano al ecosistema ibicenco y con años de trabajo en la industria del ocio, López analiza el éxito en la ampliación de la temporada, los problemas estructurales de vivienda y empleo, el impacto en la calidad del ocio y la presión creciente de otros países que aspiran a competir con Ibiza.
“Ibiza ha sabido alargar la temporada”
En su diagnóstico, López destaca primero lo positivo: la isla ha conseguido romper la estacionalidad que históricamente marcaba su actividad turística. “Ibiza ha sabido hacer una cosa muy bien hecha que ha sido sobre todo saber alargar la temporada”, afirma con claridad.
Explica que antes la actividad se limitaba prácticamente a los meses de verano: “Estaba circunscrita al verano. Arrancábamos en San Juan o un poquito antes y terminábamos a mediados de septiembre.” Ese esquema ha cambiado radicalmente: “Ya se ha conseguido comenzar en la Semana Santa, el concepto de los openings que tiene mucha fuerza, el closing hasta finales de octubre si podemos”, señala.
Un beneficio real para la isla
López considera que esta ampliación dinamiza la economía, favorece el empleo y diversifica el turismo. “Todo esto potencia que la gente tenga más opciones de poder ir unos días ya más allá del verano… esto ayuda, da vida y genera empleo, potencia los restaurantes, las pernoctaciones en los hoteles”.
Incluso añade una perspectiva personal: “Disfrutar de la isla en mayo, septiembre, octubre o incluso abril es una gozada. Casi me gusta más que en pleno verano”. En su opinión, avanzar por esta vía es imprescindible: “Hay que seguir por ese camino y hacer la temporada más grande aún si se puede”.
Vivienda y empleo, los dos grandes cuellos de botella
Tras las ventajas, llega la preocupación. López es muy claro: la vivienda es hoy el mayor problema para Ibiza. “Lo que está pasando con la vivienda, con la seguridad, hay que encajar ahí muchas piezas”, advierte.
Recuerda cómo antes muchos trabajadores de su grupo le pedían excedencias en Barcelona para “hacer la temporada” en Ibiza: “En Ibiza me hacen trabajar mucho pero en tres meses me gano un dinerito, me da una bolsa que me hace los nueve meses de universidad, nos decían» Eso hoy ha cambiado drásticamente y López lo advierte: “Aunque te paguen bien, hay un problema muy grave con encontrar dónde vivir. Ya hacer la temporada no es tan rentable y determinados profesionales ya se plantean que no les sale a cuenta ir”.
Impacto directo en la calidad del ocio
La crisis de vivienda tiene un efecto inmediato: falta de personal. “Eso dificulta a los empresarios poder encontrar personal para luego poder dar la calidad y la cantidad de servicio que muchas veces se exige”, señala.
También afecta a los artistas emergentes: “Determinados artistas no se pueden permitir venir porque todavía no están a los niveles de los top 50 o top 100”. Y se traduce en un impacto para el visitante: “Se encarecen los hoteles, las pernoctaciones, los apartamentos temporales. El público a lo mejor donde iría una semana acaba yendo tres días”.
La competencia del Mediterráneo aprieta
López también advierte que el liderazgo de Ibiza no es eterno y que la isla ya no está sola. “A Ibiza le ha salido mucha competencia en el Mediterráneo: Croacia, Grecia, Malta o Chipre, están apostando fuerte”.
Aunque admite que todavía no igualan a la isla, la presión es real: “Probablemente todavía no alcanzan a Ibiza, pero Ibiza no puede dormirse” A su juicio, la fortaleza de la isla reside en su historia, su profesionalización y su estructura cultural: “Ibiza tiene una industria muy potente, una trayectoria muy fuerte, una experiencia muy grande. No es fácil competirle”.
Y recalca que su posición sigue siendo global: “Todos los grandes promotores, artistas y operadores, cuentan con Ibiza. Muchas veces es el trampolín para replicar las cosas en el Caribe o en Asia”.
“El liderazgo está ahí, pero hay que trabajar duro para mantenerlo”
Pese a los retos, López se muestra optimista. Ibiza, insiste, mantiene una ventaja competitiva construida durante décadas, pero requiere vigilancia, estrategia y colaboración público-privada. “Yo creo que sí, que sigue viéndose como vanguardia, pero va a haber que seguir trabajando duro para mantener ese liderazgo”, concluye.
En una industria en la que los destinos compiten cada año por programación, talento, imagen y capacidad de gestión, su mensaje es claro: Ibiza es líder, pero también humana, vulnerable y sometida a presiones internas y externas. Y como él mismo resume: “Ibiza no puede dormirse”.












