El Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) ha detectado un crecimiento notable en el número de pruebas positivas para virus de la gripe desde finales de octubre. Este ascenso, que se produce varias semanas antes del periodo habitual de máximos, afecta ya a múltiples países y muestra una tendencia al alza.
Aunque el pico epidémico aún no se ha alcanzado, la intensidad de la transmisión ha llevado a los sistemas sanitarios a activar los primeros niveles de alerta.
La actividad gripal adelantada se considera especialmente relevante porque rompe con los patrones observados en los últimos inviernos, donde el aumento significativo de contagios no se producía hasta bien entrados los meses de diciembre o enero.
¿Qué es la gripe de variante K?
El ECDC apunta a la expansión de la subclade K, una sub-rama del virus de la gripe A(H3N2), como posible causa del adelanto de la temporada. Identificada desde principios de año en varios continentes, esta variante representa casi la mitad de las secuencias genéticas enviadas por países europeos al sistema de vigilancia internacional entre mayo y noviembre de 2025.
Los análisis preliminares muestran que la subclade K presenta diferencias genéticas y antigénicas respecto a la cepa incluida en la vacuna antigripal de esta temporada. Esto podría reducir la protección del inmunógeno, aunque el organismo advierte que todavía es pronto para extraer conclusiones definitivas.
Pese a este posible desajuste, el ECDC insiste en que la vacunación continúa siendo fundamental para prevenir cuadros graves, hospitalizaciones y complicaciones, especialmente en mayores, personas con patologías crónicas, embarazadas y otros grupos vulnerables.
¿Existe mayor gravedad asociada a esta variante?

Por ahora, el ECDC indica que no hay evidencias de que la subclade K cause una enfermedad más severa que otras variantes de A(H3N2). Sin embargo, reconoce que la información disponible es limitada debido al escaso número de casos estudiados y a que la temporada gripal se encuentra en una fase muy temprana.
El organismo también señala que la evolución del brote podría estar influida por otros factores, como una menor inmunidad poblacional tras temporadas de menor circulación del virus, la presencia simultánea de otros patógenos respiratorios y las condiciones ambientales propias del invierno.
Ante este escenario, el centro europeo recomienda a los sistemas de salud prepararse para una posible carga asistencial adelantada, que podría traducirse en un aumento de consultas, hospitalizaciones y presión en urgencias si la tendencia actual se mantiene.
Recomendaciones de prevención
Las autoridades sanitarias recuerdan la importancia de reforzar medidas preventivas sencillas pero eficaces, como el lavado frecuente de manos, la ventilación adecuada de espacios cerrados y evitar el contacto social en caso de presentar síntomas respiratorios.
El seguimiento de la subclade K continuará siendo prioritario en las próximas semanas. La información recopilada determinará si la circulación anticipada del virus se mantiene, si surgen nuevas mutaciones relevantes y cuál será el impacto final de la temporada gripal en Europa.











