Tras 101 años de actividad, el histórico restaurante Can Costa cerró definitivamente sus puertas este viernes en el barrio de La Marina, donde durante más de un siglo ofreció cocina tradicional ibicenca. El establecimiento, gestionado por varias generaciones de la misma familia, confirmó que el cierre responde a la jubilación de sus responsables, que dan por concluida una etapa “llena de historias y recuerdos”.
El local, uno de los puntos emblemáticos de la zona portuaria, formaba parte del paisaje cotidiano del barrio. En su comunicación, la familia subrayó que Can Costa ha sido “sencillez, comida de toda la vida y una manera muy nuestra de estar con la gente”. En este sentido, recordaron que cada rincón del restaurante guarda vivencias acumuladas durante décadas, una trayectoria que forma parte de la memoria gastronómica del barrio de La Marina.
Un trabajo de generaciones
A lo largo de su historia, en el restaurante trabajaron los abuelos, los padres y la generación actual de la familia, un relevo que mantuvo vivo el proyecto durante más de un siglo. Según explicaron, la cocina y la sala estuvieron encabezadas por José y Juan, a quienes calificaron como “el corazón del restaurante”. José, al frente de los fogones, consolidó la tradición culinaria familiar, mientras que Juan, en la sala, se ocupó de recibir a los clientes “con dedicación y cercanía”. Ambos, junto a trabajadores como Tere, Ana, Joan, Jordi, Ana y Paula, sostuvieron un negocio que la familia describe como “un proyecto lleno de corazón”. El barrio de la Marina, que concentra parte de la oferta tradicional de restauración de Ibiza, pierde así uno de sus locales más veteranos, presente en crónicas y reportajes dedicados a esta zona histórica del puerto.
Emotiva despedida
La familia señaló que la decisión se adopta “con una mezcla de nostalgia y alegría” al considerar cumplido un ciclo excepcional: mantener abierto un negocio durante más de un siglo. “Ha llegado el momento de jubilarnos”, expresaron, destacando que el restaurante ha sido “hogar para tantas personas” que lo visitaron a lo largo de varias décadas.
En su mensaje de despedida, los responsables de Can Costa agradecieron el apoyo recibido por parte de vecinos, familias, amigos y turistas que, año tras año, acudieron al establecimiento. La clientela, tanto la local como la visitante, formó parte esencial de la identidad del restaurante, que fue punto de encuentro para quienes buscaban comida casera elaborada con leña. Entre los comentarios recopilados en redes sociales, numerosos clientes recordaron el trato recibido y la calidad de los platos tradicionales que marcaban la personalidad del local. Algunos subrayaron que “era como estar en casa”, mientras que otros lamentaron que la puerta quede ahora cerrada tras décadas de servicio.
El comunicado finalizó con un mensaje de agradecimiento: “La leña ya no seguirá encendida, pero el calor de todos estos años se queda con nosotros para siempre”. Con esta frase, la familia resumió el espíritu de un local que, tras más de cien años, pasa a formar parte del patrimonio emocional de los residentes de Ibiza.
