El emblemático cañón de la Plaza Isidor Macabich, uno de los elementos históricos más reconocibles de Santa Eulària des Riu, ha sido retirado este martes por el Ayuntamiento para ser sometido a un proceso de restauración integral. A primera hora de la mañana, operarios municipales desfijaron la pieza del suelo y la cargaron en un camión para su traslado a dependencias municipales, donde permanecerá mientras se lleva a cabo la intervención.
El proceso de restauración incluirá una limpieza superficial, seguida de una limpieza mecánica y manual más profunda en las zonas que presentan alteraciones. Posteriormente, se aplicará una capa protectora en toda la superficie, tanto interior como exterior, para garantizar su conservación a largo plazo. Una vez finalizados los trabajos, el cañón regresará a su ubicación en la plaza, donde se instalará sobre una nueva estructura de soporte diseñada para evitar daños y actos incívicos.
El Ayuntamiento explica que esta actuación busca reforzar la protección y la apreciación pública de una pieza clave del patrimonio local, además de mejorar la información disponible sobre su origen e historia. El consistorio recuerda que el cañón ha sufrido en los últimos años diversas agresiones menores y un notable desgaste debido a su exposición al aire libre.
La pieza, de gran interés histórico, es un cañón de bronce fundido en Nápoles en la primera mitad del siglo XVII por Giovanni Battista Giordani. Según las investigaciones disponibles, formaba parte del armamento de un barco español hundido frente a la costa de Santa Eulària, en una fecha indeterminada del mismo siglo. El cañón fue hallado en el fondo marino, en la desembocadura del río de Santa Eulària, el 8 de mayo de 1975.
Tras su recuperación, la pieza fue instalada en la Plaza Isidor Macabich el 15 de junio de 1976, donde ha permanecido desde entonces como parte del Museo Arqueológico de Ibiza y Formentera (MAEF), con número de inventario 5381. Entre sus detalles más destacados se encuentran el escudo de Felipe IV y el de Pedro Cortés de Armenteros, capitán general de la artillería de Nápoles en el siglo XVII.
Con esta intervención, Santa Eulària busca preservar uno de los elementos más singulares de su patrimonio histórico y garantizar que su historia siga siendo accesible para residentes y visitantes durante las próximas décadas.
