EL FIN DE UNA ETAPA

El último “buenas noches” de Joaquín Sabina emociona Madrid y confirma su adiós definitivo a los escenarios

El músico se despide con un concierto histórico en el Movistar Arena y afirma: “Este concierto en Madrid es el último de mi vida y por lo tanto es el más importante”

Joaquín Sabina
Joaquín Sabina

A nadie le gustan las despedidas, pero todo el mundo quiere poder decir “yo estuve allí”. Esa es la sensación que dominó este domingo el Movistar Arena de Madrid, donde Joaquín Sabina ofreció el que él mismo anunció como el último concierto de su vida. Un cierre tan emotivo como histórico, que dejó a miles de fans entre lágrimas, móviles en alto y un sentimiento compartido de privilegio y pérdida.

El propio Sabina lo confirmó sin rodeos: “Este concierto en Madrid es el último de mi vida y por lo tanto es el más importante, porque es el que voy a recordar”. La frase cayó sobre el público como un mazazo dulce y trágico a la vez, un recordatorio de que la gira Hola y adiós ya no tenía espacio para más “hola”. “Solo adiós”, añadió el artista, ante los lamentos del auditorio.

Madrid, el único lugar posible para el final

El cierre no podía ser en otro sitio. Madrid, la ciudad que Sabina ayudó a construir en el imaginario colectivo con sus canciones, lo recibió con una ovación larga y cerrada, consciente de que asistía al final de una era. Por eso, abrir la noche con Yo me bajo en Atocha tuvo un significado especial: una despedida que empezaba por casa.

A ese primer guiño siguieron Lágrimas de mármol, Lo niego todo, Mentiras piadosas y Ahora que…. Visiblemente emocionado, Sabina agradeció al público su presencia: “Sin vosotros las canciones no existen”. Y resumió en una frase lo que muchos sentían: “Cómo mis canciones han conseguido de un modo misterioso colarse en la memoria emocional de varias generaciones”.

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Un legado que ya es de todos

Sabina lo sabe: sus letras llevan tanto tiempo entrelazadas con el habla popular que ya son parte del idioma. Esa noche cantó por última vez versos que ya no le pertenecen solo a él, sino a todo un país: “yo no quiero domingos por la tarde”, “que el fin del mundo te pille bailando”. Y, sin embargo, su público los cantó como si fuese la primera vez.

Uno de los momentos más conmovedores de la primera parte del concierto llegó con Calle Melancolía, presentada por el propio Sabina como la segunda canción que escribió hace más de 40 años. Sonó tan actual, tan viva, que parecía recién compuesta.

“19 días y 500 noches”: el público se olvida por un momento de la despedida

La banda y Sabina mantuvieron la energía a un nivel altísimo a lo largo de más de dos horas de música. 19 días y 500 noches volvió a demostrar por qué es un himno transversal: Madrid la bailó como si ese adiós no existiera.

Después llegaron ¿Quién me ha robado el mes de abril? y Más de cien mentiras, durante las cuales Sabina presentó, uno por uno, a los músicos que lo han acompañado durante tantos años: “Nosotros no somos solo a los que se ve en el escenario”, dijo, en un gesto de gratitud hacia toda su familia musical.

Un descanso para soñar con otras voces

El artista explicó una de sus fantasías recurrentes en sus conciertos: “Cuando acababa una canción amorosa, dulce, pensaba en cómo quedaría en los labios de una mujer…”, dijo antes de ceder el turno a Mara Barros, que interpretó Camas vacías. Y añadió: “Cuando se me ocurría un rock and roll… pensaba cómo quedaría en la voz de un verdadero rockero”, dando pie a que Jaime Asúa defendiera Pacto entre caballeros.

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“Peces de ciudad” y un recuerdo a Chavela Vargas

Ya de vuelta en escena, Sabina regaló uno de los momentos más emotivos de la noche al cantar Peces de ciudad: “Todos los que vivimos en Madrid somos Peces de ciudad”, dijo, arrancando gritos y aplausos.

Y siguió con una anécdota que es historia de la música española: “Una noche ya, hace bastantes años, paseando por Madrid con Chavela Vargas, ella me contó que vivía en el Bulevar de los sueños rotos. Yo pensé que aquello merecía una canción…”. El público estalló en una ovación cerrada antes incluso de que sonara El boulevard de los sueños rotos.

“Y sin embargo”: homenaje a la copla que lo inspiró

Antes de interpretar Y sin embargo, Sabina recordó su adolescencia: “Cuando era un adolescente algo sonó en la radio de mi madre. Era la copla ‘Y sin embargo te quiero’. Siempre que la canto me gusta hacerle un homenaje…”. Mara Barros la interpretó con un poderío que dejó al público en silencio antes del aplauso.

El tramo final fue un torbellino emocional: Noches de boda, Y nos dieron las diez, donde Sabina dejó caer un esperanzador pero improbable “Ojalá, ojalá”, y una pausa mínima antes del clímax final. “La canción más hermosa del mundo”, en la voz de Antonio García de Diego, abrió el último bloque, seguido por Tan joven y tan viejo, con todo el recinto cantando a pulmón abierto.

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El punto final llegó con Contigo, que dejó a Mara Barros visiblemente emocionada, y con la electricidad de Princesa, el cierre definitivo de una carrera irrepetible. Mientras el escenario se fundía en negro, Sabina pronunció sus últimas palabras sobre un escenario: “Buenas noches, Madrid. Gracias, hasta siempre”.

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