DOS MUNICIPIOS DE LUTO

Tragedia en Cantabria: mueren tres jóvenes amigos en un accidente de tráfico

Cabezón de la Sal y Mazcuerras decretan tres días de luto tras la muerte de tres veinteañeros cuyo coche dio varias vueltas de campana en la N-634

Accidente en Cantabria
Accidente en Cantabria

La comarca Saja-Nansa amaneció este domingo sumida en una tristeza difícil de describir. Las banderas ondean a media asta en Cabezón de la Sal y Mazcuerras, los dos municipios que han decretado tres días de luto oficial tras el accidente que, en la madrugada del sábado al domingo, se cobró la vida de tres jóvenes de 22, 23 y 25 años. Viajaban juntos en un turismo que, por causas aún bajo investigación, “dio varias vueltas de campana y acabó totalmente destrozado y con sus tres ocupantes sin vida”.

Los fallecidos, Álex F.S., de 25 años; Borja D.V., de 23; y Pau S.G., de 22, eran amigos de la misma pandilla y muy conocidos en la zona. La noticia ha provocado un impacto profundo entre los vecinos. Un empleado del restaurante Los Abetos, junto a cuyo aparcamiento quedó el vehículo, lo resumía con dolor: «Lo único que sé es que eran de aquí, que los conocíamos a ellos, conocemos a sus padres y estamos todos destrozados».

Luto en dos municipios y conmoción en toda la comarca

La tragedia ha golpeado especialmente a Cabezón de la Sal y Mazcuerras, lugares de origen de los jóvenes. Ambas localidades anunciaron el luto oficial como “muestra de dolor y respeto por la pérdida de los tres jóvenes vecinos y amigos”, según recoge la resolución municipal, en la que también se trasladan a las familias “las más sentidas condolencias de toda la corporación municipal”.

El alcalde de Cabezón de la Sal, Víctor Reinoso, confirmaba a Europa Press que esta “trágica” noticia “ha impactado a toda la comarca”, donde nadie recuerda un accidente tan devastador en los últimos años.

Contenido relacionado  Abiertas las inscripciones a la Escuela de Navidad, con múltiples actividades para los más pequeños

Un accidente en una noche de lluvia

El siniestro se produjo en torno a las 00.30 horas en la carretera N-634, a la altura de Virgen de la Peña, en un tramo mojado tras una jornada de lluvia. Las primeras hipótesis apuntan a que el conductor, el más joven del grupo, perdió el control, subió a una isleta y el coche terminó volcándose varias veces antes de salir de la vía y terminar en el aparcamiento del restaurante.

El Centro de Atención a Emergencias 112 informó de que uno de los jóvenes sobrevivió al impacto y fue excarcelado por los bomberos autonómicos del parque de Valdáliga, pero acabó falleciendo posteriormente. Los otros dos ocupantes murieron en el acto, y se confirmó que no hubo ningún otro vehículo implicado.

Operativo de múltiples víctimas y apoyo psicológico

Debido a la “extrema gravedad del accidente”, el 112 activó el protocolo de múltiples víctimas en Nivel 1, lo que movilizó a los psicólogos del Gobierno de Cantabria para atender a familiares y allegados que, desesperados, acudieron al lugar tras conocerse el siniestro.

También se desplazaron efectivos de la Guardia Civil de Tráfico y sanitarios del 061, aunque nada pudo hacerse por los jóvenes. La escena, según testigos, estuvo marcada por la consternación, el silencio y el apoyo mutuo entre vecinos y familiares.

Muestras de dolor en toda Cantabria

A lo largo del domingo se sucedieron mensajes de condolencia tanto de autoridades como de entidades locales. Uno de los más simbólicos fue el del Club Deportivo Valdáliga, equipo en el que jugaba Borja, que decidió suspender todos los partidos del fin de semana ante la “triste” noticia del fallecimiento de los tres amigos.

Contenido relacionado  Ibiza, lejos del estándar de educación bilingüe que marcan las sentencias del TSJIB

En su comunicado, el club expresó que “la familia del Valdáliga está de luto” y envió “todo su apoyo, cariño y fuerzas” a quienes están sufriendo la pérdida.

Una comarca rota y un duelo compartido

El impacto del accidente trasciende lo local. Los tres jóvenes eran muy conocidos en la zona, y su muerte simultánea ha dejado un vacío enorme en dos municipios profundamente unidos por la cercanía y las relaciones personales. La imagen de las banderas a media asta y los mensajes de apoyo se han convertido en los símbolos visibles de una herida colectiva que tardará en cerrar.

La investigación continúa, pero el dolor ya es irreversible. Cantabria despide a tres vidas truncadas demasiado pronto, mientras sus vecinos se aferran al apoyo mutuo para afrontar una tragedia que ha dejado paralizada a toda la comarca.

Scroll al inicio