NO SE TRAMITARON LAS DENUNCIAS

Las graves acusaciones que sacuden al PSOE: humillaciones, comentarios sexuales y miedo en el caso Francisco Salazar

Trabajadoras de Moncloa y militantes del PSOE relatan conductas humillantes y sexualizadas de Paco Salazar mientras denuncian la desaparición de sus escritos internos

Francisco Salazar
Francisco Salazar

Las denuncias contra Paco Salazar, exasesor de Pedro Sánchez y figura clave en Moncloa durante años, han destapado un caso que mezcla acoso, abuso de poder y fallos internos en el PSOE. Dos mujeres, ambas militantes socialistas y trabajadoras en Presidencia, presentaron denuncias formales a través del canal interno del partido. Cinco meses después, los escritos desaparecieron sin que nadie respondiera a ellas. Solo ahora, tras la publicación de los testimonios por elDiario.es, Ferraz admite que nada se tramitó “por falta de diligencia”.

“Yo he trabajado para Paco Salazar en Moncloa y lo que se dice es verdad”

La primera denunciante registró su escrito el 28 de julio. Lo inició con una frase contundente: “Yo he trabajado para Paco Salazar en Moncloa y lo que se dice es verdad”.

Describe un ambiente de trabajo “irrespirable” y unos comportamientos que mezcla de misoginia, humillación y sexualización constante: “Su comportamiento destilaba misoginia y baboseo en cada comentario disfrazado de broma que hacía. Su lenguaje era hipersexualizado hasta para dar los buenos días”.

Uno de los episodios relatados es especialmente gráfico: “Salía del baño que tenía en su despacho a medio vestir y no se subía la cremallera hasta que estaba cerca de tu cara (porque tú estabas sentada y él de pie)”. En otro momento, afirma: “Escenificó un día en medio del despacho una felación con todo lujo de detalles sin venir a cuento”.

La mujer confiesa que decidió denunciar pese al “pánico”, desplazándose incluso a otra provincia y usando un ordenador ajeno para que no hubiera rastro: “Sigo teniendo miedo”, afirma en su escrito.

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Acoso, comentarios sexuales y castigos laborales

Los comportamientos descritos van más allá de las bromas inapropiadas. La denunciante señala tácticas de intimidación y represalias: “Él sabía cuándo te incomodaba y lo disfrutaba manifiestamente”. Detalla comentarios explícitos: “Cuando le llevabas un trabajo para que lo viera, decía que ahora es cuando él le ponía ‘una mijita de su polla’”.

Y explica las consecuencias de intentar poner límites: “Si le ponías límites, pagabas las consecuencias. De repente, no tenías nada que hacer porque te sacaba de los proyectos. O llamaba a reuniones a todo el equipo y tú te quedabas fuera”.

“Enséñame el escote que llevas hoy”

La segunda denuncia fue presentada el 8 de julio. También procede de una trabajadora joven y altamente cualificada: “Todas teníamos dos carreras, un currículum excepcional y estábamos llamativamente formadas para nuestra edad. Y ese trabajo era nuestro sueño”.

Su testimonio confirma un patrón claro: “Llegaba por la mañana y te decía el buen culo que te hacía ese pantalón o te pedía que le enseñaras el escote”. Añade que los comentarios humillantes eran constantes y siempre públicos: “Si te veía mala cara, te preguntaba en mitad de la oficina si habías dormido poco por haber mantenido relaciones sexuales”.

Y vuelve a hablar del miedo: “Nos sometía a situaciones humillantes que para muchas de nosotras fueron traumáticas. Él decía que eran bromas, pero jamás oí que le dijera cosas similares a los hombres”.

Los hombres del equipo, según relata, eran advertidos: “Eran desincentivados de acercarse a las chicas de Paco”, y añade que en Moncloa “a Paco le gustan ‘las niñas’ y eso es algo que sabía absolutamente todo el mundo en Presidencia del Gobierno”.

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Denuncias que desaparecen del sistema interno

Ambas denuncias coinciden en un punto: el sentimiento de desprotección dentro del partido. La primera lo expresa con crudeza: “¿Este es el partido y el Gobierno que nos va a proteger?”.

La segunda lo expone en sus propios términos: “Me toca ver a un grupo de ministros y ministras defendiendo a medias a este señor usando el argumento de que ninguna mujer había denunciado previamente. (…) Ese argumento me duele tanto como si me dijeran que es que llevábamos la falda muy corta”.

Las dos denuncias, presentadas por los cauces oficiales, desaparecieron del canal interno. Ferraz sostiene ahora que fue un problema de “ofuscación” informática.

Tras la investigación periodística, el PSOE ha reconocido que: “ninguna de las dos se ha tramitado ni instruido en estos cinco meses ‘por falta de diligencia’”. Y que no se ofreció apoyo: “Por tanto, a ninguna de las dos mujeres se le ha ofrecido ni apoyo ni respuesta alguna”. Solo cuando elDiario.es contactó con Ferraz, los escritos volvieron a aparecer en el sistema.

“No me voy del partido. Mis valores son los de este partido, no los de él”

Una de las denunciantes explica por qué sigue en el PSOE: “No, perdona. Es que mis valores son los de este partido y quien actúa contra esos valores es él”. La otra pide algo sencillo: “Solo que el que siempre creí mi partido esté a la altura”.

elDiario.es ha podido confirmar que Paco Salazar mantiene una asesoría externa con Salvador Illa, algo que varias mujeres califican de “inconcebible”. El PSC lo niega: “No tiene ‘actualmente’ una ‘relación contractual’ con el partido”.

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