La huelga de médicos convocada por la Confederación Española de Sindicatos Médicos (CESM) y el Sindicato Médico Andaluz (SMA) ha comenzado este martes, en una protesta que se prolongará hasta el viernes y que moviliza a más de 100.000 facultativos de toda España. El paro responde al rechazo al nuevo Estatuto Marco del Sistema Nacional de Salud (SNS) planteado por el Ministerio de Sanidad, una reforma que ha desatado un fuerte malestar entre los profesionales.
Las movilizaciones cuentan con el respaldo parcial de otros sindicatos y colectivos sanitarios, aunque no existe unidad total dentro del sector.
Manifestación en Madrid: cansancio y frustración en las calles
En Madrid, más de un millar de profesionales sanitarios han salido a la calle. La marcha partió desde el Congreso y avanzó hacia el Ministerio de Sanidad con consignas como “Mónica, escucha, también es tu lucha”, coreadas al ritmo de una batucada.
Portando batas blancas y carteles, los manifestantes exigieron mejoras laborales y un reconocimiento específico de su especial responsabilidad. En uno de los carteles se leía: “por un estatuto propio para la profesión médica y facultativa”, en referencia a una demanda central de los convocantes.
Ana Giménez, presidenta de Amyts, criticó la propuesta de Sanidad: “Tengo cinco años trabajados solo en guardias que no computan para mi jubilación”, explicó, según recogió El País. Para ella, la negociación conjunta con otras categorías sanitarias carece de sentido, ya que médicos y enfermeros no comparten la misma “responsabilidad” ni obligaciones laborales.
Los mensajes visibles en la protesta expresaban una reivindicación unánime: “Guardias, trabajo esclavo, tributan pero no cotizan”, “¿Médico o esclavo? Yo no quiero seguir siendo maltratada” o “Dignidad y respeto a nuestra profesión”.
Cataluña: presión a la Conselleria y división sobre el seguimiento
En Cataluña, el sindicato Metges de Catalunya, con 13.000 afiliados, ha secundado la huelga y liderado las protestas. El personal del sistema público y concertado advirtió a la consejera de Salud, Olga Pané, de que las movilizaciones serán continuadas hasta lograr un espacio de negociación exclusivo: la regulación de aspectos “asistenciales, organizativos y laborales que afectan específicamente a la profesión médica”.
En un comunicado previo, el sindicato afirmó: “mantener un servicio asistencial sostenido por el sobreesfuerzo y la explotación de los profesionales no tiene más recorrido”. Los primeros datos de seguimiento reflejan la disparidad habitual: 6,5% según la Generalitat, 45% según el sindicato.
Andalucía: desconcierto entre pacientes y temor a que la protesta se confunda con la crisis sanitaria
En Sevilla, la huelga sorprendió a muchas familias que acudían a consultas. “Nos han dicho que había huelga y no sabemos si llevarlo al hospital por urgencias porque allí también habrá médicos que habrán parado”, lamentó María Ángeles. Otros pacientes expresaron resignación ante los retrasos acumulados en citas: “Una semana de espera… ahora otra vez a esperar”, relató Orlando García.
En el Hospital San Juan de Dios de Bormujos, cuatro personas que esperaban ser operadas de cataratas vieron suspenderse su intervención: “Nos han dicho a todos que nuestra cita quedaba suspendida, pero no nos han dado nueva fecha”, explicó una paciente que asegura acumular un año de espera para el especialista y cuatro meses para la operación.
Fuentes de la Consejería de Sanidad reconocen su preocupación por que la ciudadanía identifique la huelga con la crisis sanitaria andaluza: “No entienden lo que es el estatuto marco y que eso depende del Gobierno central, y eso nos repercute”.
En Cádiz, personal del Puerta del Mar advertía a los usuarios sobre la reforma: “Abre la puerta a crear en un futuro una profesión sanitaria que permita a quienes no son médicos a diagnosticar y tratar… un enfermero puede llegar a nuestro mismo nivel”, alertó un profesional anónimo, preocupado por una “nivelación a la baja”.
Qué piden los médicos y qué responde Sanidad
Las reivindicaciones de los facultativos incluyen:
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Un estatuto marco propio.
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Reducción de horas semanales máximas.
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Mejor regulación de las guardias, con carácter voluntario y retribuciones adecuadas.
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Mejoras en la categoría profesional para diferenciar la medicina de otras profesiones sanitarias.
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Mantener la compatibilidad entre trabajo público y privado para jefes de servicio.
El Ministerio de Mónica García rechaza frontalmente esa separación normativa. “La posibilidad de un estatuto propio no la ve nadie”, afirmó en una entrevista con El País. Para la ministra, “el estatuto marco de todo el Sistema Nacional de Salud no puede fragmentarse. Necesitamos cohesión, trabajo en equipo, derechos y deberes que son comunes”.
Sanidad sostiene que el nuevo marco moderniza la normativa de 2003, limita la jornada a 45 horas semanales, regula descansos y guardias, incorpora la desconexión digital y mejora la clasificación profesional según el Marco Español de Cualificaciones (MECU).
Pero el comité de huelga asegura que esta “homogeneización” supone una nivelación a la baja y que la letra pequeña permite prolongar la dedicación real sin compensación.
Un conflicto que se amplía y divide al sector
Las protestas se desarrollan en un contexto de división sindical significativa. La Agrupación por un Estatuto Médico y Facultativo (APEMYF) ha convocado nuevas movilizaciones para enero con objetivos similares.
Mientras, organizaciones como SATSE-FSES, CCOO, UGT o CSIF han convocado paros indefinidos todos los martes a partir del 27 de enero, aunque rechazan la idea de un estatuto exclusivo para médicos y critican la reforma planteada por Sanidad porque, según aseguran, no beneficia al conjunto de profesionales de la sanidad pública.
La huelga, que se extenderá hasta el viernes, se desarrolla bajo servicios mínimos similares a un festivo, lo que garantiza la atención de urgencias y casos graves. Aun así, el impacto entre pacientes y centros confirma la tensión creciente entre los profesionales sanitarios y el Ministerio.











