El sindicato UGT ha denunciado este jueves la “inasumible” carga de trabajo que soportan las oficinas del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) en Baleares, una situación que, según advierten, ha alcanzado un punto límite tanto para la plantilla como para los usuarios. El secretario de Administración General del Estado (AGE) de UGT en las Islas, Fernando Martorell, ha lamentado que “así no se puede trabajar”, señalando que los problemas acumulados durante los últimos meses han deteriorado gravemente el funcionamiento del servicio.
En un comunicado, UGT explica que el origen de buena parte del caos administrativo está en el mal funcionamiento de la aplicación ALMA, la nueva herramienta informática del SEPE que lleva casi un año activa sin estar completamente desarrollada. El sistema, lejos de agilizar los trámites, ha provocado retrasos, errores constantes y una sobrecarga de trabajo que el personal no es capaz de absorber. A este problema se suman otras aplicaciones ralentizadas o inoperativas y comunicaciones informáticas estancadas, lo que obliga al personal a multiplicar gestiones que antes requerían menos tiempo y recursos.
El sindicato advierte de que esta crisis tecnológica se hace aún más grave en un contexto de pérdida continua de personal. Las oficinas del SEPE en Baleares trabajan actualmente con cerca de un 40% de las plazas sin cubrir, lo que deja a las plantillas muy por debajo de los niveles necesarios para responder al aumento de demanda que se produce tras la temporada turística. Este año, alrededor de 200.000 trabajadores fijos discontinuos han finalizado su actividad, lo que ha incrementado de forma considerable las gestiones presenciales y telemáticas.
UGT señala que la presión para cumplir objetivos y mantener cifras elevadas de productividad está provocando un desgaste profundo en los empleados públicos, que afrontan niveles inéditos de estrés y fatiga mental. La organización sindical asegura que esta situación no solo afecta a los trabajadores, sino también a la ciudadanía, que se ve perjudicada por retrasos en trámites esenciales como el reconocimiento y pago de prestaciones por desempleo.
La problemática, recuerda UGT, no es exclusiva de Baleares, pero sí se agrava en el archipiélago por las dificultades históricas para atraer y retener personal. Los elevados precios de la vivienda, el coste de los productos básicos, el carburante más caro y las desventajas derivadas de la insularidad en movilidad y desarrollo profesional desincentivan la llegada de funcionarios. Todo ello ocurre en un contexto de crecimiento demográfico acelerado: la población balear ha aumentado en más de 200.000 habitantes en los últimos quince años, lo que supone una mayor demanda de servicios con menos empleados.
Ante este escenario, el sindicato reclama al Gobierno central que actúe con urgencia, reforzando de inmediato la plantilla del SEPE, modernizando los sistemas informáticos y revisando los objetivos de gestión para priorizar la calidad del servicio por encima de las métricas numéricas. UGT advierte de que, sin medidas contundentes, el deterioro del servicio seguirá avanzando con consecuencias cada vez más graves para trabajadores y usuarios.












