Un incidente de robo con un giro inesperado ha dejado «flipando» y al mismo tiempo entre risas a los propietarios del bar Sibaritas en Ibiza. La dueña del local entró al baño del establecimiento por la noche, justo antes de cerrar, y se percató de que algo inusual había ocurrido.
Según relató, el bar fue objeto de un peculiar hurto: alguien se había llevado el escobillero blanco y la papelera blanca que pertenecían al establecimiento.
Lo que convierte esta anécdota en «surrealista» y «muy heavy» es la cortesía, o quizás el despiste, de los ladrones. A pesar de haber robado los artículos del bar, tuvieron «la amabilidad de traernos su cubo de basura de su casa» y «su escubillero». Es decir, los cacos efectuaron un intercambio de utensilios de baño.
Al notar el cambio, la dueña se mostró tan confundida que incluso preguntó a su hermano si él había modificado algo en el baño. Su hermano negó cualquier cambio.
La propietaria confesó haberse «descojonado de la risa» ante la situación, pues le parece «surrealista» y «muy gracioso» que, tras robarles, les hubieran dejado los artículos que ellos usaban en su propia casa.
Metáfora: Este suceso podría compararse con recibir un paquete que has pedido por correo, solo para descubrir que el cartero se ha llevado el tuyo, pero te ha dejado a cambio el suyo personal, confirmando el envío, pero frustrando la intención original.












