La situación climática en las Islas Baleares es cada vez más preocupante. Según un reciente informe de Greenpeace, basado en un estudio del Centro Oceanográfico de Baleares, la erosión y la subida del nivel del mar podrían llevar a la desaparición de hasta trece playas en Ibiza y Formentera para finales del siglo XXI.
Este dramático escenario es consecuencia directa del calentamiento global, que está causando un retroceso del litoral balear de aproximadamente 20 centímetros al año.
El estudio detalla que, de mantenerse la tendencia actual, siete playas en Ibiza y seis en Formentera podrían desaparecer completamente antes de que termine el siglo.
Las áreas más afectadas en Ibiza incluyen Talamanca, Sant Francesc de s’Estany, el puerto de Sant Antoni, Cala Gració, la playa de Sa Galera y Cala Salada. En Formentera, las zonas críticas son la playa de Ses Illetes, la playa de Llevant, Cas Saliners y el puerto.
La erosión y la subida del nivel del mar no solo amenazan el atractivo turístico de las islas, sino que también representan un grave peligro para los ecosistemas costeros y la biodiversidad marina.
El informe subraya que la costa balear, con sus 1.428 kilómetros de extensión, ha logrado evitar en gran medida la urbanización masiva que afecta a otras regiones del Mediterráneo. Sin embargo, la presión turística y la falta de planificación sostenible están acelerando la degradación del litoral.
Críticas
Greenpeace critica la gestión actual del territorio por parte del Gobierno balear, señalando que políticas como el decreto de simplificación están permitiendo la legalización de construcciones en suelo rústico, lo que aumenta la presión sobre el medio ambiente.
La organización también menciona que la eliminación de la Comisión de Medio Ambiente de las Islas podría agravar aún más la situación.
A pesar de las preocupaciones, Greenpeace aplaude la movilización ciudadana en Palma, donde se han anunciado medidas para limitar el número de cruceros y aumentar la inspección de viviendas turísticas ilegales.
Sin embargo, la organización lamenta las acciones contradictorias del Ayuntamiento, como el proyecto de ampliación del puerto de Palma, que podría aumentar la presión sobre el ya frágil ecosistema marino.
El informe concluye con un llamado urgente a la acción, subrayando la necesidad de políticas más sostenibles y una mayor conciencia sobre el impacto del cambio climático.
La organización insiste en que, sin medidas inmediatas y efectivas, muchas de las playas que hoy en día son símbolos de la belleza natural de Ibiza y Formentera podrían ser solo un recuerdo para finales de este siglo.