El Ayuntamiento de Sant Antoni ha procedido, como medida cautelar, a la suspensión total de la actividad y al precinto de un establecimiento ubicado en Sant Rafel, que realizaba una actividad de sala de fiestas teniendo únicamente licencia de restauración. Las quejas vecinales de finales de junio han hecho que el inspector de actividades acuda al lugar y compruebe la fiesta ilegal que se estaba desarrollando sobre un terreno no urbanizable.
Además, constataron que el sonido transfería al exterior del local y que la actividad no se adecuaba a la normativa, ya que no disponían de proyecto acústico ni limitador in situ, suponiendo un riesgo grave tanto para los usuarios de la misma como para los vecinos de la zona y su derecho al descanso. Tampoco se estaba desarrollando la actividad de restaurante, estando la cocina inoperativa.
Ante los hechos constatados y, examinada la documentación existente en el Ayuntamiento, se inició un expediente sancionador por las diferentes irregularidades detectadas y por la carencia de titulo habilitante para el ejercicio de la actividad, un hecho calificado como muy grave. La propuesta de sanción económica es de 60.000 euros, según la Ley 7/2013, de régimen jurídico de instalación, acceso y ejercicio de actividades en las Islas Baleares.