La pintora nacida en Buenos Aires en un año sin determinar por coquetería y residente en París durante la mayor parte de su vida, Marta Torrassa, expone en el Restaurante Aubergine by Atzaró desde principios del mes de agosto. Es un espacio ideal para exponer los cuadros de esta pintora autodidacta ya que se fusionan muy bien con el entorno. Hablamos con la artista de su vida y de su obra, rodeados de sus creaciones.
-Cuéntenos sobre su vida a modo de introducción para conocer a la persona antes que a la pintora.
-Al acabar los estudios básicos acabé la carrera de Publicidad en Buenos Aires y luego marché a París a estudiar maquillaje artístico. Estuve trabajando durante 15 años maquillando en películas, videoclips, etc. De pequeña empecé a pintar y mi madre me llevaba a todas las exposiciones de cuadros que había, recibí mucha cultura del arte desde pequeña porque iba con mi madre a todas partes y ella siempre fue muy cultural. Luego de mayor y en París empecé a pintar. Maquillaba de día y pintaba de noche hasta las 4 de la madrugada. Produje muchísimos cuadros. Luego me mudé a Ibiza en 2000 (pero vengo desde el 1986) y me traje los cuadros conmigo. Unos amigos míos dueños del Bar Grial, Clarisa y Andrés me dijeron insistentemente que tenía que exponer en el bar y a la vez mi ahora ex novio también me empujó y al final expuse y vendí todo. El segundo año volví a vender todo y a partir del tercero ya venían los clientes al taller por la mañana a comprar. Y de allí no paré más.
-Logró vivir del arte…
-No, yo siempre he hecho de todo, no hago ni vivo de una sola cosa. Viajo mucho también, todo el tiempo estoy haciendo cosas diferentes por todos lados. En los ochentas y noventas por ejemplo hacía verano en Ibiza e inviernos en París cada año.
-¿En qué estilo ubica su arte?
-Mire, yo pinto y no me interesan mucho las etiquetas o todo lo demás, pero sí le digo que una vez una amiga me dijo que mi pintura se parecía mucho a la de Mark Ryden, que hace retratos de personajes con ojos grandes y cuerpos muy curvados. Se le llama a eso post surrealismo, figurativo y de ojos grandes. Y esto pasó porque cuando yo era niña tenía un librito con imágenes de niñas pobres vendiendo castañas con ojos muy grandes, y de allí me quedó el tema de ojos grandes. Para mí los ojos y la mirada son muy importantes y desde pequeña siempre los pinto grandes. Esta expo igual está influenciada de la cultura de México que fue donde estuve un tiempo y pinté mucho. Y siempre en mis cuadros está presente la naturaleza. En esta hay mucho pájaros pero en la anterior había muchos insectos…

-¿Qué tipo de pintura utiliza?
-Acrílico porque viajo tanto que necesito que sequen rápido. Lo pinto, se seca, lo enrollo, y al avión. Mi madre pintaba al óleo y la verdad es que no aguanto mucho el olor, me da vuelta la cabeza, pero me encantaría pintar al óleo… Me gustaría hacer cursos para aprender a usarlo bien.
-¿Algún proyecto para el año que viene?
-No, el año que viene ya lo tengo ocupado.
-¿En qué?
-Ah no, es sorpresa [risas]. Aunque me gusta mucho tener todo organizado, planeado, pero ahora sí que tendría un año de improvisar.

-¿Los personajes de sus cuadros son ficticios o son retratos de personas que conoce?
-Ficticios. Comienzo con las caras y luego hago el entorno. Mis amigos pintores me dicen que no, que empiece por el fondo pero cuando hago eso hago el entorno, luego el personaje y acabo rehaciendo el entorno… Reconozco que es al revés de cómo se debería hacer pero a mí me funciona mejor así.
-¿Y si alguien le pide que pinte a alguien real, lo haría?
-Nunca me lo pidieron. Una vez me hice un autorretrato de una foto mía y esa fue la única vez.
-¿Siempre son retratos o pinta otras cosas?
-Sí, también pinto animales como tigres y perros. Por ejemplo en esta expo hay un perro cholo mexicano que era el perro de un amigo que le saqué una foto, me informé acerca de los cholos y luego lo pinté.

-¿Pero pinta cuerpos enteros, porque toda su obra que le conozco son bustos?
-También hago cuerpo entero, tengo uno por ejemplo de una chica tirada en un sofá, otras desde las rodillas también porque si no se me va de tamaño a un cuadro súper largo…
-¿Le tientan pintar cuadros muy grandes?
-No puedo por no tener espacio. Y además como vendo mucho a extranjeros no sería bueno para el transporte. Además necesito un año para producir un cuadro de esos tamaños y no tengo tanto tiempo.
-¿Y para esta obra colgada cuánto ha tardado?
-Cinco meses. Pero también algunos pocos son del año pasado.

-¿Le gustaría enseñar?
-No sé enseñar pero es cierto que a los niños les encanta mi pintura. Los niños que ven mi arte siempre se quedan enganchados.
-¿Qué opinión tiene sobre la I.A. creando arte?
-Yo vengo de otra época, de cuando no había teléfonos móviles. Y yo por ejemplo, el teléfono no lo tengo siempre encima, siempre está en silencio, no estoy pendiente para nada, lo miro un rato y ya hasta que no me ponga a mirarlo de nuevo lo ignoro. A mí la tecnología me molesta porque ha cambiado todo. Pero he visto cosas hechas con I.A. que son espectaculares. Me gustó mucho por ejemplo lo que vi en una fiesta Tomorrowland de techno en México y me gustó mucho, es arte, pero que ahora de repente en el futuro no sean los humanos los que hagan las cosas me molesta. Arte sin una mano que se mueva, las mezclas de pinturas… que se pierda la artesanía no me gusta. Pero es la novedad, como los sexos, ya no se sabe quién es él o ella…

-¿Y no sería mejor que el arte sea exclusivo de los humanos y que los robots con I.A. nos limpien la casa?
-¡Uy, un robot que me limpie la casa me encantaría! [risas]. Pero también pienso en esa mujer que lo único que sabe hacer es limpiar y qué pasa con ella, ¿no? Es que yo tengo mucha empatía y no veo cómo la I.A. va a ayudar más que perjudicarnos.. Entonces, artísticamente tiene cosas increíbles pero humanamente no estoy de acuerdo.
-¿Tiene un cuadro favorito?
[Pausa, piensa] mmmm, “Ofelia” de Millet. Antes me encantaba Dalí y ahora me cansó, lo mismo con Picasso y de esa época el impresionismo me encantaba y también me cansó.

-¿Qué encontrarán los visitantes que se acerquen a Aubergine a ver su exposición?
-Se encontrarán una obra donde reina la armonía entre la naturaleza y el personaje. Siempre la naturaleza está presente, aunque sea por la presencia de un mosquito. Yo medito mucho y me gusta conectar con la Pachamama, soy muy de pedir permiso y de pintar en exteriores. Y creo que todo eso se siente en mi arte, que mis cuadros tengan alma. Me gusta transmitir paz y conexión.
-¿Hasta cuándo estará colgada su obra?
-Hasta el 31 de agosto.
