Sin venir a cuento, sin que nadie se lo esperara, dando la sensación de que, orgulloso ante la tamaña hazaña que estaba a punto de perpetrar, lo traía preparado de casa, Rafa Ruiz, el ex alcalde socialista de la ciudad de Ibiza y ex secretario general de la Agrupación Socialista de Ibiza, arremetió duramente al inicio de su turno de palabra en el punto relativo a la segunda modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) del pleno del viernes contra el empresario Pedro Matutes Barceló, director general de Sirenis, miembro de la familia propietaria del recientemente inaugurado Teatro Pereyray directivo del Club Náutico de Ibiza.
Desatado, Rafa Ruiz le llamó «privilegiado», «cacique», «egoísta» que «acude con abogados del estado a dar lecciones a nuestros funcionarios» y acabó el ataque a Pedro Matutes acusándolo de «creerse el amo de la ciudad».

Furia
Al habitual tono irrespetuoso y faltón que caracteriza las intervenciones en los plenos municipales de Rafa Ruiz, añadió el viernes la furia contra en empresario por el simple hecho de haber defendido sus legítimos intereses en una parcela de Can Misses de la que su familia es copropietaria junto a otros dos empresarios ibicencos y que es de interés para el municipio.
La parcela en cuestión es la última disponible en la zona de Can Misses y se encuentra entre Can Misses y el segundo cinturón de ronda. Goza, entre otros atributos, de unas espectaculares vistas sobre Formentera gracias a su privilegiada ubicación.
De hecho, el gobierno municipal del Partido Popular, con el apoyo de todos los grupos de la Corporación, ha aprobado inicialmente una modificación del PGOU con la intención de acabar confiscando parte de esos terrenos. Será un capítulo más de una disputa jurídica iniciada en 2005 y que no tiene visos de acabar a corto plazo.
El concejal de Urbanismo, Juan Flores, evitó entrar tanto en el fondo como en la forma de la cuestión y se limitó a invitar al jefe de la oposición a «tomarse un café con esa persona y lo arregla».
Al igual que Ruiz, sin citar el nombre de Pedro Matutes, quien se ha negado a valorar la intervención de Rafa Ruiz. «No voy a decir nada», ha dicho la mañana del sábado a La Voz de Ibiza.
Viene de lejos
El enfrentamiento, más o menos soterrado y más o menos público, entre Rafa Ruiz y Pedro Matutes Barceló viene de lejos. La inauguración del Teatro Pereyra y las críticas acéfalas de Pedro Matutes en su discurso inaugural y, ya se sabe, acusatio non petita, accusatio manifiesta motivaron un artículo de Ruiz en el Diario de Ibiza, justificado por él mismo ante «las numerosas especulaciones que ha provocado su reciente apertura».
Ruiz confiesa que después de recibir una llamada del empresario y tío de Pedro Matutes, Abel Matutes Juan, entonces copropietario del inmueble, pasó a preocuparse de los motivos del retraso de la licencia tanto con técnicos como con algunos de los regidores de su equipo de gobierno, gracias a las que logró desbloquear la tramitación, dando a entender que nunca ha torpeado la rehabilitación, íntegramente sufragada con fondos privados, del Bien de Interés Cultural (BIC). La tarea debió de ser hercúlea según el relato de Rafa Ruiz, al menos tanto como para que los regidores que «se dejaron la piel» y los técnicos merecieran el elogio público de su jefe de filas.

Obstáculos
«Atribuirme cualquier intención de paralizar el proyecto entiendo que proviene de los obstáculos que se ha encontrado la propiedad a lo largo de estos años y reconocidos en la solicitud de prórroga por el equipo director de las obra», dijo entonces Ruiz quien se atribuye el éxito de haber sido el alcalde que concedió la licencia.
Versión que dista de la que ha venido expresando la propiedad en privado en los últimos años. En el discurso inaugural, Pedro Matutes, sin citar también, que no se diga, no pasó por alto las vicisitudes y separó entre «adversidades y limitaciones lógicas y esperables y otras no tanto».
«No vale la pena hablar de las dificultades menos lógicas. Quien puso ridículas trabas a una obra que beneficiaba a todos puede constatar hoy la magnitud de su fracaso. No hablemos más».
Historial
No es la primera vez que Rafa Ruiz se enfrenta a un ciudadano. Fue sonado el que tuvo con el comerciante Joan Tur, de Discos Delta, a quien increpó en plena calle del barrio de la Marina en mayo de 2020, en plena desescalada. «Cobarde, a ver si dejas de insultarme en las redes», denunció en su momento el agredido.
Posteriormente, continuó la invectiva y le amenazó con que se atuviera a las consecuencias.
Una testigo del incidente declaró entonces haberse quedado en shock, «alucinada». «Salió gente del balcón y todo».