SOFÍA GÓMEZ FONZO/EXPOSICIÓN DE FOTOGRAFÍA EN PORT NAUTIC

La fotógrafa que publica en The New York Times, con muestra en El Náutico: “Ibiza me coquetea con su luz”

La fotógrafa afincada en Baleares hace más de una década realiza una de sus primeras exposiciones en las que propone al público encontrar su propia Ibiza entre sus visiones de la isla
Sofía Gómez Fonzo
Sofía Gómez Fonzo expone en El Náutico y Port Nautic. (Fotografías: Sofía Gómez Fonzo)

Sofía Gómez Fonzo (Viña del Mar, Chile, 1987) dice que conocer Ibiza en 2007 le abrió la cabeza. Vino para su cumpleaños número 20, que pasó en la isla, con su novio. Estuvo un mes: “Un lugar en el que se respiraba libertad, muy seguro, que puedes hacer lo que quieres y no te va a pasar nada, con gente muy cosmopolita, mucho arte, mucha expresión en general, no solo la gente sino que también todo el ambiente… las discotecas, las drag queens, todo”. 

Así, decidió que esta era su tierra: “Dije: ‘Quiero vivir aquí’”. Dicho y hecho, volvió al hemisferio sur, terminó sus estudios y regresó a Ibiza de forma permanente, ya en 2011. Desde ese momento, se dedica a explorar a través del lente su “relación amorosa” con la isla que le “coquetea”, la de las “mil caras”. 

Su exposición en Port Nautic y el restaurante El Náutico se puede disfrutar hasta el 14 de diciembre, pero es un plan artístico ideal para disfrutar en este puente.

–Ha sido testigo del cambio de Ibiza en la última década y más. 

–Sí, totalmente, el mundo en general ha cambiado mucho… Yo creo que Ibiza empezó a cambiar más cuando empezó el boom de Instagram, ya no se hacían las cosas escondidas, ¿no? La fiesta secreta, el lugar secreto, la playa secreta, todas estas cosas empezaron a estar cada vez más llenas, cada vez más en boga, todo el mundo quería saber todo, se empezaron a publicar todos los lugare escondidos, dejaron de ser secretos. Hoy todo el mundo quiere ser un travel blogger, entonces se transforma todo en una necesidad de saber más sobre Ibiza que antes era un “voy a descubrir Ibiza”. 

–Qué factor interesante el que señala: las redes como enorme influencia para el cambio de Ibiza. Es cierto que vivimos en un mundo que pasa por ellas y por la imagen, y qué lugar más instagrameable que Ibiza. 

–Sí, se transformó una cosa muy exteriorizada al final, se busca que los demás vean todas estas cosas que están pasando aquí dentro, que antes se protegía mucho, era todo lo contrario.

La fotografía de Sofía Gómez Fonzo

–No estudió fotografía propiamente dicha, ¿cómo fue que se convirtió en su profesión?

Siempre hice fotos, desde pequeña, tenía la misma cámara que tengo ahora, una Olympus point and shoot pequeñita, que la uso todavía para analógicas. Siempre me gustó mucho capturar lo que pasaba alrededor, lo tomaba un poquito como hoy un Instagram, pero con mi camarita analógica.

Yo siempre estudié arte, mi abuela y mi bisabuela eran artistas de Bellas Artes, profesoras, y siempre pinté, ese era mi medio. Luego, en el colegio, hice bachillerato de arte y ahí aprendí mucho sobre las exposiciones, a pintar y tener un concepto, poder explicar tu obra y más, pero luego cuando salí del colegio decidí estudiar historia del arte y diseño gráfico en la universidad, porque me pareció algo de lo que podía trabajar. Lo que más me preocupaba en ese momento, más que explorar mi arte, era poder vivir de él

En ello, tuve materias de fotografía, aprendimos a revelar nuestras fotos, las típicas cosas, pero también en ese momento estaba popularizándose la fotografía digital, estaba recién empezando. Tenía una camarita digital pequeñísima que me gané en un concurso de fotografía que había hecho con mi pequeña analógica, la aprendí a usar y luego se transformó ya en una reflex. Cuando llegué a Ibiza hice un montón de fotos en la reflex digital que tenía y que luego publiqué en la revista Pacha el año siguiente.

–Y ahí empezó a consolidarse este camino. 

Contenido relacionado  Se inaugura la exposición de la artista Wendy Williams en el Far de ses Coves Blanques

–Para mí eso ya fue un viaje cumplido. Cuando llegué a Ibiza siempre estuve sacando fotos, pero comencé a trabajar en una agencia de diseño. Me di cuenta que en realidad no me gustaba el trabajo, me gustó mucho estudiar diseño gráfico, pero no me gustaba trabajar en diseño gráfico, porque estaba siempre en el ordenador haciendo lo que otros me pedían. Después, la empresa en la que trabajaba quebró y me puse a hacer fotos. Y empecé a hacer fotos para White Ibiza, en 2012. Trabajé ahí por unos 5 años, haciendo también diseño, pero me fui metiendo más en la fotografía en sí. Se ha transformado en mi trabajo casi que de la nada, sin querer queriendo. Me encanta: estoy más tiempo fuera, conecto con gente y me lleno un montón, me apasiono mucho más.

–Además, publica en The New York Times.

–Sí. Tengo mi proyecto y trabajo por comisiones. Trabajo mucho para revistas, publicaciones como White Ibiza, The New York Times, que cuando vienen aquí necesitan fotos de alguien de aquí y me buscan a mí. 

También he hecho fotos de boda, habré hecho unas 200 bodas desde que estoy en Ibiza, pero ya casi no hago. Me gusta mucho trabajar uno a uno con personas, hacer retratos. Y lo que más hago es arquitectura. Creo que por mi ojo de diseño le va muy bien la arquitectura. Me gusta mucho trabajar con las líneas y la luz en estas casas espectaculares que hay aquí también. Soy muy afortunada porque me gusta mucho hacer eso y me sale mucho trabajo.

Y también hago otro tipo de trabajos como trabajo en retiros o en eventos. O los últimos años mucho de arte, también. Fotos a las obras y a las exposiciones. Es bastante variado, pero el eje en el que se centra mi trabajo es que yo trabajo mucho con la gente local. Entonces sí, con publicaciones locales, con gente local, con negocios, empresas, gente que tiene casas o arquitectos, cosas así. Me llena un montón, generar comunidad para mí es importantísimo.

–Hay una dualidad en Ibiza que podríamos resumir de alguna manera en un contraste entre lujo y ocio nocturno- isla de naturaleza privilegiada. ¿Cómo aborda eso en su trabajo?

–La verdad es que yo nunca trabajé en las discotecas. Pero me gusta mucho ir, la noche. Soy una persona muy sana dentro de lo que es la fiesta, pero me gusta mucho bailar, la música. Me gusta mucho que la gente se la pase bien. Pero a mí, la verdad, a mí lo que me inspira es esa Ibiza que solo tú conoces.

Contenido relacionado  ‘Illa de cartó’, muestra de Luke Carter en el Centro ‘Gabrielet’ de Formentera: “La gente viene por la playa, pero lo que hay detrás es único”

Para mí, esa Ibiza que a mí me inspira es esa Ibiza que habla con su luz. Que habla con sus paisajes escondidos. Con sensaciones. Como cuando te vas solo y te pierdes y te encuentras con lo que ella te quiere mostrar. Mi Ibiza es bastante como una relación amorosa. Es mi relación más larga, te podría decir. Entonces, me gusta que ella… ella me coquetea a través de sus olas, de sus escondites, de sol, de todas estas cosas. 

Ibiza tiene no sólo dos caras, tiene muchas caras. Y ella se extrapola mucho. Entonces, al polarizar tú la noche, el día, la luz, la oscuridad, la fiesta, la tranquilidad, Ibiza es todo eso. No es uno o lo otro. Para mí es el equilibrio entre todas esas cosas. Si no está ese equilibrio, no existe. Es como tener la luz sin la sombra. Tiene que ir de la mano. Entonces, por eso a mí me gusta retratar bastante todo.

Sofía Gómez Fonzo expone en El Náutico y Port Nautic

–¿Y qué es lo que más se ve de todo eso en su exposición de El Náutico?

–Ahora, en la exposición del Náutico muestro mucho más la naturaleza, porque me centré en toda esta la sensación del mar, de estar cerca del mar, de la paz que te da, de esas casetitas de pescadores, de esa Ibiza auténtica en la que el tiempo no pasa aunque nosotros no estemos ahí. De esa sensación atemporal que tiene la isla, que no se centra en que haya discotecas, turistas u hoteles cinco estrellas. Eso ya deja de ser importante porque estamos buscando realmente lo que es Ibiza para todos nosotros, que es esa parte que va más allá de todo eso que vemos. Porque claro, yo sí hago fotos de las iconografías, de la gente, de los tambores, de Pachá, de todo, porque son las caras de Ibiza. Son las que hacen Ibiza. La naturaleza, y esa también.

–¿Piensa una exposición y las piezas que se mostrarán en ella para que se integren con el lugar tan así, como en esto que dice del mar-El Náutico?

–Pienso que el público que va a este lugar tiene más relación con el mar. Tal vez si yo hubiera hecho, qué sé yo, una exposición más para turistas ingleses o algo así, tal vez hubiera puesto más iconografías de otro tipo. Pero por ejemplo, tener Es Vedrà o tener una casita de pescadores o tener un botecito… sí, para mí es importante dirigir la exposición hacia donde van los espectadores, que van a recibirla de esa manera también. Porque mi intención es que la gente se sienta reflejada o sienta inspiración también. Yo al hacer esa foto, busco esa inspiración. Entonces quiero que el otro la vea también, busco que sienta eso.

–Es de sus primeras exposiciones, me decía. 

–Sí. Llevo aquí 13 años. Tengo fotos para llenar la casa entera. Pero este año hice una exposición en otro sitio y eso me abrió a la idea de exponer. Y al abrirme a la idea de exponer, me sumergí en qué es lo que quiero exponer y qué de todo este cuerpo de trabajo que tengo es lo que me interesa mostrar. Y cuando del Náutico me preguntaron que si quería exponer ahí, pues revisité esa otra exposición que había hecho y elegí piezas que iban a ir con esta temática un poco más náutica, por decirlo así. 

Contenido relacionado  Este sábado será la segunda edición de “En la mente del mundo” en Ebusus Sociedad Cultural

Son todas fotos ya hechas que de alguna manera u otra se atan entre sí y crean esta conversación sobre la isla. 

–¿Hay una razón para que en tantos años de carrera recién en este 2024 se esté, como dijo, abriendo a la idea de exponer?

–La verdad que aquí, por la necesidad de vivir, no me dió nunca el tiempo de sentarme a pensar en hacer esto y tampoco de invertir, que lo hacía bastante. Entonces, este año, cuando se me dio la oportunidad de tener un espacio, recién ahí me pude sentar. Es como parir. Tienes todas las cosas ahí, pero nunca te lanzas o nunca es el momento, por que no sé qué.

Y al final, cuando me he decidido, todo se dio tan fácil y fue un proceso en el que estuve tan a gusto, que lo haría todo el tiempo ahora. Se me ha dado muy fácil el rescatar todas estas imágenes y visiones que tengo de la isla, que al final por mucho que uno las ponga en Instagram y ya salen al mundo, el haberlas visto a grande escala y enmarcadas en paredes, haciendo sus cosas, fue como que cada una cobra vida.

–Ha dicho que ha sido como parir pero también el gusto de hacerlo. Para los artistas suele ser una gran inversión de tiempo y energía hacer una muestra, cosa que muchas veces no se sabe y no se aprecia. 

–Sí. Pero, realmente, ha sido un proceso maravilloso. Hacer las fotos es algo de un segundo, para mí el salir a fotografiar es me voy a ver un rato a la playa y justo algo me hace hacer la foto, porque no es algo tampoco deliberado. Muy pocas veces voy pensando en que voy a hacer una foto de tal cosa o tal momento. Para mí es una cosa de un segundo, muy momentánea, muy de vivir el momento, de sentirlo, de verlo, entonces es una cosa tan esporádica y es tan del presente que el hacer esto es como volver otra vez y volver a mirar y mirar de otra manera. 

–Un proceso introspectivo pero sabiendo que lo va a ver un otro. El arte mismo. 

–Y siempre te entra el “no sé si le va a gustar a gustar” y ha sido muy interesante ver realmente qué le gusta más a la gente, qué cosas la gente se quiere llevar a su casa o qué cosas la gente va a ir para mirar. Es muy interesante porque al final es como Ibiza, dependiendo de cada persona, Ibiza es tan diferente, entonces cada persona va a ver su Ibiza entre mis fotos y cada persona va a estar inspirada por diferentes cosas. 

Siempre está ese niño interior, un poco de “ay, ¿qué va a pasar?”, y es súper divertido ver cómo se recibe. Porque claro, yo también he visto mis fotos, pero no es lo mismo.

Sigue leyendo

Scroll al inicio
logo bandas