La Asociación Empresarial de Promotores Inmobiliarios de Baleares (Proinba) estima que actualmente hay unas 30.000 familias que buscan vivienda en el archipiélago.
Su vicepresidente, Óscar Carreras, explica en declaraciones a Europa Press que este dato es una estimación teniendo en cuenta el déficit de construcción de viviendas en relación con el aumento de la población.
Así, desde 2008 la población ha crecido en Baleares en unas 200.000 personas y se han puesto en el mercado unas 50.000 viviendas, aproximadamente 3.000 cada año. De ahí, calculan que entre 120.000 y 150.000 personas no tienen vivienda, lo que equivaldría a 30.000 familias.
Para la asociación de promotores, el problema principal es que se ha construido «muy poca vivienda». Precisamente, en un año normal, antes de la crisis inmobiliaria de 2008, se construían en Baleares entre 7.000 y 8.000 viviendas cada año, mientras que actualmente esta cifra ha bajado hasta las 2.500-3.000 viviendas que, además, en su mayoría son unifamiliares.
En esta línea, Carreras subraya que se tendría que incrementar el número de viviendas plurifamiliares asequibles. «Es donde hay que poner el enfoque», agrega, a la vez que señala que desde la asociación creen que en los próximos años aumentarán los proyectos en este sentido.
A su parecer, es necesario centrarse en la construcción de vivienda plurifamiliar sin consumir nuevo territorio. El vicepresidente hace referencia a la reconversión de locales en viviendas, previsto en el decreto ley de emergencia habitacional aprobado por el Govern a finales de 2023. Una medida que los promotores valoran positivamente al considerar que puede ayudar a «desatascar y descongestionar» la tensión actual.
Asimismo, señala la posibilidad de cambiar el uso de locales a viviendas o de construir de forma parcial en terrenos que estaban destinados para equipamientos «que llevan entre 20 y 30 años sin desarrollarse».
«Solución definitiva»
En cuanto a soluciones «definitivas» para paliar la crisis de la vivienda, Carreras señala que para compensar el déficit estructural desde 2008, Baleares tendría que construir entre 15.000 y 20.000 viviendas.
En esta línea, indica que hay suelos urbanizables que «llevan años atascados en la telaraña burocrática y que hacen que la tramitación se atasque». Según destaca, con los decretos de medidas en materia de vivienda y de simplificación administrativa se intentan acortar al máximo los plazos, puesto que el sector «se mueve lento» y entre empezar un edificio y acabarlo pasan entre dos y cuatro años.
No obstante, el vicepresidente vislumbra «brotes verdes» en los próximos meses y resalta las medidas adoptadas por el Govern balear en materia de vivienda, insistiendo en que paliar el problema actual «se hace desde la colaboración público-privada».