La popularidad del cannabidiol (CBD) no ha dejado de crecer en los últimos años, consolidándose como una solución a la que recurren muchas personas que buscan alternativas naturales para mejorar su salud y bienestar.
Este creciente interés no responde a una moda pasajera, sino que se fundamenta en un número cada vez mayor de investigaciones científicas que sugieren que esta sustancia química de la planta Cannabis sativa podría ofrecer una serie de beneficios terapéuticos para tratar una amplia gama de enfermedades. Desde aceites y cremas hasta resinas y cogollos de CBD, el mercado se ha inundado de una gran variedad de productos que atraen a todo tipo de consumidores, desde jóvenes adultos hasta personas mayores.
¿Qué es el CBD?
El CBD es uno de los más de 100 cannabinoide (compuestos químicos activos) que se encuentran en la planta Cannabis Sativa. Entre los cannabinoides más conocidos destacan el CBD y el THC (delta-9 tetrahidrocannabinol). Ambos interactúan naturalmente con los receptores del sistema endocannabinoide (SEC) del cuerpo humano, que se encarga de regular funciones biológicas fundamentales como el apetito, la temperatura corporal, el estado de ánimo, la memoria, la respuesta inmunológica o el sueño.
A pesar de compartir este mecanismo de acción, el CBD y el THC producen efectos muy diferentes. El THC es conocido por alterar funciones mentales y físicas, generando efectos psicoactivos.
En cambio, el CBD no tiene efectos psicoactivos, lo que lo convierte en una opción popular para quienes buscan los beneficios del cannabis sin alterar su percepción o comportamiento.
Considerado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una sustancia segura y no adictiva, el CBD es ampliamente utilizado para tratar diversas dolencias y problemas de salud, gracias a sus numerosas propiedades medicinales.
Sus propiedades medicinales han sido respaldadas por múltiples investigaciones científicas, que destacan su capacidad para aliviar el dolor, reducir la ansiedad y el estrés, estimular el apetito, mejorar la calidad del sueño, entre otros beneficios.Este respaldo científico, sumado a la creciente preferencia de los consumidores por alternativas naturales, ha impulsado significativamente su popularidad en los últimos años.
El mercado de CBD en España
El mercado del CBD ha experimentado un crecimiento notable, aumentando a un ritmo anual del 35% durante los últimos cinco años, según el último informe de Cannamonitor, la consultora líder en este sector en España.
Este auge refleja la creciente demanda de productos derivados del CBD en nuestro país, los cuales están disponibles en más de 500 puntos de venta, tanto físicos como online. Estas tiendas especializadas ofrecen una amplia variedad de opciones de más de 250 marcas, incluyendo aceites, cremas, flores, resinas y cogollos de CBD, entre otros.
¿Es legal el CBD en España? Qué dice la legislación al respecto
En España, actualmente no existe una legislación específica que regule de manera directa la producción, comercialización o el consumo de CBD.
Esta ausencia de una normativa clara deja su regulación sujeta a la interpretación de convenios internacionales, así como a la jurisprudencia de los tribunales, tanto nacionales como internacionales. La principal referencia en este ámbito es el Reglamento (UE) nº 1307/2013 del Parlamento Europeo y del Consejo, que permite el cultivo y la comercialización de CBD en España y en el resto de la Unión Europea, siempre y cuando no se promocionen cómo consumibles y su contenido de THC no supere el límite del 0,2%.
La comercialización de CBD es legal en España siempre y cuando los productos estén destinados para su uso externo, es decir, que sean utilizados para el cuidado de la piel o para el tratamiento de diferentes afecciones cutáneas, entre otros usos.
Los cosméticos deben estar elaborados con las partes no fiscalizadas de la planta de cannabis, como son las semillas y las hojas, y contener menos del 0,2% de THC, el límite establecido por la UE. De esta forma, los grow shops, tanto físicos como online, venden legalmente cremas, aceites y otros productos de cuidado personal con CBD.
La situación es diferente para los alimentos que contienen CBD o para aquellos productos etiquetados como suplementos alimenticios. La razón es que la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) aún no ha clasificado el CBD como alimento o suplemento alimenticio, lo que impide su venta para el consumo humano.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) considera que el uso de esta sustancia derivada de la planta Cannabis sativa como ‘nuevo alimento’ (o novel food) no ha sido evaluado adecuadamente en términos de seguridad para el consumo. De hecho, a través de la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN), la EFSA ha decidido inmovilizar todos los productos derivados del CBD que se hayan clasificado como suplementos alimenticios.
En conclusión, el CBD se ha consolidado como un auténtico fenómeno social, que ha atraído la atención de un público diverso debido a sus potenciales beneficios terapéuticos.
En España, su expansión se ha dado de forma legal, aunque bajo condiciones específicas que regulan su comercialización, especialmente en productos de uso externo, como aceites y cremas, y con un contenido de THC por debajo del 0,2%.Todo ello con vacíos legales que dejan espacio a la interpretación y a la evolución de futuras normativas.











