El Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) nació como una tecnología de control del narcotráfico en el Estrecho de Gibraltar, pero con el tiempo se convirtió en la principal herramienta del Estado para vigilar la inmigración irregular en las costas españolas. Formentera ha solicitado al Gobierno su instalación como medida urgente para frenar la llegada de pateras, aunque los informes sobre su funcionamiento en otros territorios ponen en duda su capacidad real para garantizar un control efectivo.
Errores en la detección: olas que parecen pateras y pateras que no aparecen
Los radares del SIVE funcionan de manera similar a los de un avión. Detectan anomalías en el mar y activan un seguimiento para determinar si se trata de una embarcación. Sin embargo, el mar picado, las corrientes y las condiciones meteorológicas pueden generar falsos positivos y errores de detección.
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La televisión pública canaria informó en 2024 que una patera puede navegar en la parte baja de una ola sin ser detectada, mientras que una cresta prolongada en aguas agitadas puede confundirse con una embarcación. En otras ocasiones, incluso la caída de un contenedor al mar ha activado una alerta en el radar, mientras que las verdaderas pateras pasaban desapercibidas. Durante la noche, la dificultad de identificación es mayor, ya que el SIVE solo registra imágenes en blanco y negro de baja resolución, lo que obliga a los operadores a interpretar señales borrosas.
El problema radica en que el sistema no fue concebido para detectar embarcaciones lentas como pateras o cayucos, sino lanchas rápidas de narcotraficantes, que se mueven a velocidades mucho más altas. Según datos recogidos en un informe de AlgoRace y EuroMed Rights, publicado en 2024 bajo el título Investigando la transversalidad de la automatización en Ceuta, Melilla y las Islas Canarias, la velocidad media de una patera es de 10 kilómetros por hora, un ritmo similar al de algunas corrientes marinas, lo que genera errores en la detección. El radar puede confundir el movimiento de las olas con una embarcación y, al mismo tiempo, ignorar un cayuco real si este navega en una zona de baja visibilidad.
Fallas en Ibiza: un radar que no detectó ni una patera
La falta de fiabilidad del SIVE ya ha quedado en evidencia en Baleares. En 2020, un informe reveló que el radar de Ibiza no detectaba ninguna de las pateras que llegaban a las Pitiusas, mientras que en Mallorca el sistema sí identificaba embarcaciones. La Delegación del Gobierno aseguraba que el radar estaba operativo, pero documentos oficiales revelaron que estuvo fuera de servicio durante un mes y medio debido a una avería en el motor de giro. Aunque volvió a funcionar en agosto de ese año, no hay constancia de que haya detectado ninguna de las 27 pateras que arribaron a Ibiza y Formentera en ese periodo.
El diputado ibicenco Miquel Jerez (PP) cuestionó al Gobierno sobre la eficacia del sistema y la respuesta oficial fue que el radar no tenía capacidad suficiente para detectar embarcaciones de inmigrantes irregulares.
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Obsolescencia y mantenimiento deficiente
El informe de AlgoRace y EuroMed Rights también señala que el SIVE ha sufrido una falta de mantenimiento y actualización tecnológica, lo que ha reducido su efectividad. En Canarias, el sistema se ha mantenido operativo reutilizando piezas de otros radares, en lugar de recibir repuestos nuevos. Esto ha provocado que muchos dispositivos operen con fallos constantes, afectando la calidad de las detecciones.
Otro problema señalado en la investigación es la dependencia de los operadores humanos. La interpretación de los datos no es automatizada y recae sobre guardias fronterizos que no siempre tienen formación específica en análisis de radar. En ocasiones, deben compaginar esta tarea con otras labores de vigilancia, lo que afecta su capacidad de concentración y análisis en momentos críticos.
Alertas erróneas y problemas en la interpretación de datos
El informe también advierte que el SIVE no solo genera falsos positivos, sino que en algunas ocasiones no detecta embarcaciones que realmente están en el mar. La sensibilidad del radar se puede ajustar para evitar que las olas sean registradas como embarcaciones, pero este ajuste también reduce su capacidad para detectar barcos más pequeños y a baja velocidad.
En Canarias, se han registrado casos en los que las alertas han sido erróneas, enviando operativos de rescate a lugares donde no había embarcaciones mientras que las pateras reales no fueron identificadas a tiempo. Un trabajador de Salvamento Marítimo relató que en Almería, durante una noche sin visibilidad, recibieron una alerta de radar indicando que una patera estaba frente a ellos. Sin embargo, tras varias maniobras, comprobaron que en realidad estaba detrás de su posición, lo que evidenció problemas en la percepción de profundidad del sistema.
Formentera reclama el sistema, pero ¿será efectivo?
El Consell de Formentera ha insistido en la necesidad urgente de instalar el SIVE para controlar el tráfico irregular de embarcaciones en su litoral. Sin embargo, las experiencias en otras regiones de España cuestionan su verdadera utilidad. Si bien el sistema puede mejorar la vigilancia, los datos confirman que su tecnología no es infalible y que la falta de actualización y mantenimiento ha reducido su eficiencia en la detección de embarcaciones irregulares.
El Gobierno ha anunciado la licitación del sistema para Formentera, pero aún no ha fijado una fecha para su puesta en marcha. Mientras tanto, informes e investigaciones sugieren que, sin mejoras tecnológicas y mayor inversión en su mantenimiento, el SIVE podría no ser la solución definitiva que la isla necesita para frenar la llegada de pateras.