Un terremoto de magnitud 6,2 en la escala de Richter ha sacudido este miércoles la ciudad de Estambul y varias provincias del noroeste de Turquía. El seísmo se ha registrado en el mar de Mármara, frente a la costa de Silivri, y ha sido perceptible en amplias zonas del país, aunque por el momento no se han reportado víctimas mortales ni daños materiales importantes.
La Autoridad de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD), dependiente del Ministerio del Interior turco, ha confirmado que el hipocentro se situó a unos 6,9 kilómetros de profundidad, según los datos publicados en su cuenta oficial en la red social X.
El Instituto de Investigación de Terremotos de Kandilli (KRDAE) ha situado la magnitud en 6,1 y ha informado de que el temblor fue precedido por varios seísmos menores, incluido uno de magnitud 4,0 en la misma zona.
Inspecciones en marcha
El ministro del Interior, Ali Yerlikaya, ha anunciado que todos los equipos de la AFAD y otras instituciones han iniciado ya inspecciones de campo para comprobar el estado de las infraestructuras y valorar posibles consecuencias. “El seísmo se ha sentido en las provincias circundantes”, ha señalado el ministro.
Yerlikaya también ha publicado un mensaje en redes sociales en el que expresó su apoyo a los ciudadanos: “Expreso mis mejores deseos a nuestros ciudadanos afectados por el terremoto. Que Dios proteja a nuestro país y a nuestra nación frente a los desastres”.
Recuerdo del trauma de 2023
Este nuevo temblor llega poco más de un año después de los devastadores terremotos de febrero de 2023, de magnitudes 7,8 y 7,5, que arrasaron el sureste de Turquía y el norte de Siria, dejando más de 50.000 muertos en territorio turco y cerca de 8.500 en Siria. Aquellos seísmos tuvieron sus epicentros en las regiones de Gaziantep y Ekinozu, y causaron una de las mayores catástrofes naturales de la historia reciente del país.