El islote de Es Vedrà, a menudo rastreado en buscadores en temporada alta por turistas y visitantes como «la isla de Es Vedrà» y el lugar para ver «los mejores atardeceres», vuelve a estar en el centro de la polémica.
No obstante, el conflicto actual no afecta directamente al islote que está a 2km de la costa, sino a su entorno, entre otros el mirador de S’Era d’Es Mataret, las rutas de senderismo que existen en la zona y el caos denunciado por vecinos en la carretera de Cala d’Hort. Esta zona, como es sabido y hay coincidencia generalizada, es sometida año tras año a una creciente presión turística, se ha convertido en un foco de caos y tensión.
Inicio de la polémica
Ahora, el acceso a los entornos y a la zona del mirador de Es Vedrà es protagonista de una nueva controversia tras las declaraciones realizadas por el alcalde de Sant Josep, Vicent Roig, durante el pleno municipal del pasado jueves.
El primer edil afirmó: «Es cierto que se han cerrado algunas parcelas, pero es curioso que quien las cierra llega a acuerdos con determinadas empresas para hacer excursiones privadas en estos espacios. Cuando estaban abiertos, que hubiera gente era malo, y ahora que están cerrados, que haya gente ya es bueno. Hay que tener coherencia y buscar una solución de verdad y con rigurosidad.
Y fue a más: «Lo que no puede ser es que si yo quiero ir a determinados espacios tenga que pagar 300 euros a una empresa holandesa para hacer trekking en aquella zona. Creo que no es normal, no es lógico, y lo que hay que hacer es buscar coherencia entre todos, porque si no lo que haremos es expulsar a los residentes de nuestros propios espacios».
Quejas vecinales
Las palabras de Roig, pronunciadas sin matices en sede oficial, provocaron un profundo malestar en el entorno de es Cubells. Fuentes consultadas por La Voz de Ibiza no ocultan su indignación, desconcierto y decepción ante la falta de rigor en el relato oficial.
«La falta de precisión en sus declaraciones pudo haberse evitado con una comunicación más rigurosa. Al no ofrecer aclaraciones posteriores ni rectificaciones, el Consistorio dejó instalada en la opinión pública una percepción errónea sobre el futuro del acceso al entorno natural de diferentes zona vinculadas con Es Vedrà», coinciden vecinos y personas con detallado conocimiento del conflicto.
Cabe recordar que tras las declaraciones de Roig, La Voz de Ibiza solicitó información complementaria al Ayuntamiento de Sant Josep para esclarecer el alcance real de las afirmaciones vertidas en el pleno. Sin embargo, la respuesta fue negativa, quedando únicamente las palabras pronunciadas durante la sesión como versión oficial ofrecida por el Consistorio.
El verdadero problema
Algunos de los vecinos consultados aseguran que el verdadero problema no reside en si una empresa organiza rutas de senderismo o en las decisiones de los propietarios sobre sus terrenos.
Lo que consideran más grave es el descontrol persistente en los accesos, especialmente en la carretera de Cala d’Hort, donde se acumulan coches mal estacionados y se generan situaciones peligrosas.
También lamentan que las advertencias municipales sobre posibles sanciones hayan quedado solo en palabras, y muestran su sorpresa al escuchar en el pleno que ahora la responsabilidad principal recae en la Guardia Civil, como indicó el propio alcalde.
El acceso: una situación más compleja de lo que parece
Según han aclarado a este medio tras consultar diversas fuentes conocedoras del conflicto, no es novedad que las fincas en el entorno del mirador son de propiedad privada desde hace siglos. Pero la sensación de espacio público que muchos visitantes tienen ha llevado a años de promoción turística sin autorización de los titulares, y a una falta de gestión institucional que permitió el uso masivo e incontrolado de estos terrenos.
Durante décadas, decenas de miles de turistas accedieron libremente a terrenos privados, provocando un grave deterioro ambiental, atascos continuos en la carretera de Cala d’Hort y una creciente presión social sobre los propietarios y vecinos de la zona.
La situación, aseguran, no es nueva ni responde a una privatización reciente, sino a un problema estructural agravado por la falta de intervención pública.
Qué zonas siguen siendo accesibles libremente
Tal como detallan desde el ámbito vecinal, Sa Pedrera (zona de dominio público marítimo-terrestre) y la Torre des Savinar (Bien de Interés Cultural) siguen siendo accesibles gratuitamente para cualquier visitante particular, con los requisitos de siempre.
La limitación afecta principalmente a la famosa explanada utilizada tradicionalmente para ver las puestas de sol, un terreno estrictamente privado que, pese a su popularidad, nunca formó parte del espacio público.
El islote de Es Vedrà no tiene nada que ver con la explanada que se ha popularizado entre los visitantes. Se trata de una propiedad privada más, como tantas otras en la zona, subrayan otras fuentes locales.
En este sentido, rechazan la idea de que el acceso al entorno haya quedado reservado exclusivamente a quienes paguen excursiones organizadas: quienes deseen visitar las zonas públicas podrán seguir haciéndolo libremente.
Las rutas de senderismo: regulación para proteger, no para excluir
En respuesta al caos generado en años anteriores, dos empresas de senderismo fueron autorizadas para operar bajo condiciones estrictas: grupos reducidos, prohibición de actividades comerciales paralelas y máximo respeto al entorno.
Los testimonios recabados por este digital explican que se optó por este modelo para reducir la presión humana, limitar el impacto ambiental y generar recursos mínimos para financiar la conservación de los espacios degradados, como la torre de Es Savinar.
No se trata, insisten, de elitizar el acceso, sino de proteger el entorno de la saturación turística.
Las tarifas de estas rutas son aplicables solo a quienes contraten excursiones privadas. No hay ningún coste para quienes accedan de manera individual a las zonas, siempre y cuando sean públicas.
El esfuerzo de las empresas de senderismo
Las dos empresas autorizadas, Ibiza Hike Station y Balearic Outdoor Adventures, también han mostrado su sorpresa y malestar ante la forma en que se trasladó la situación en sede municipal.
Fuentes próximas a ambas compañías indicaron que su actividad se limita estrictamente al senderismo, no al turismo masivo, y que han trabajado con la propiedad para cumplir normativas ambientales, limitar aforos y minimizar cualquier impacto negativo.
Insisten en que no organizan visitas de lujo ni eventos exclusivos, sino que ofrecen caminatas responsables para un público reducido, en total sintonía con el objetivo de conservación.
Fondo de la polémica: años de permisividad y descontrol
El verdadero trasfondo de la controversia, insisten los vecinos, no radica en el cierre de una finca ni en los acuerdos privados, sino en años de falta de planificación pública.
Vecinos consultados lamentan que durante décadas se haya explotado la imagen de Es Vedrà para promocionar el turismo en Ibiza sin medidas adecuadas de control, protección o compensación a los afectados.
La presión creciente sobre el entorno, la proliferación de fiestas clandestinas, actividades comerciales no reguladas y la saturación vehicular generaron un problema que, aseguran, la administración fue incapaz de gestionar.
En este contexto, hay coincidencia -tanto en visitantes que se expresan por redes sociales o en vecinos de la zona- en valorar positivamente que los propietarios afectados hayan decidido actuar directamente para frenar el deterioro, proteger sus terrenos y reconducir el uso de la zona hacia un modelo más sostenible.
La necesidad de un debate serio sobre el futuro del entorno a Es Vedrà
La polémica desatada tras las palabras del alcalde pone sobre la mesa la necesidad urgente de abrir un debate serio en Ibiza: cómo compatibilizar la conservación de espacios naturales de alto valor con la creciente presión turística.
Desde el entorno de Cala d’Hort se advierte que sin un modelo de gestión ordenado y respetuoso, la isla corre el riesgo de perder algunos de sus paisajes más icónicos.
Mientras tanto, el acceso gratuito a Sa Pedrera y la Torre de Es Savinar sigue garantizado. Las explicaciones dada a La voz de Ibiza remarcan que el entorno privado que da acceso al mirador más famoso de Ibiza inicia, por primera vez en décadas, un proceso de protección real frente a la degradación silenciosa que lo amenazaba.