El Ayuntamiento de Sant Josep de sa Talaia ha retirado este viernes más de 600 kilos de residuos acumulados en la zona de Cala Bassa, fruto de una limpieza espontánea realizada por voluntarios. El consistorio ha agradecido públicamente el gesto, pero también les ha llamado la atención por no haber comunicado ni coordinado la actuación, lo que ha complicado la recogida y generado retrasos.
Desde el área de Medio Ambiente se ha querido destacar el valor de la implicación ciudadana en la conservación del entorno, pero también recordar que toda acción de limpieza en espacios naturales debe canalizarse adecuadamente.
“El coste de recoger residuos abandonados superó los 600.000 euros en 2024. No podemos permitir que, por falta de coordinación, se repita ese escenario”, advirtió la concejala de Medio Ambiente, Felicia Bocú.

Coordinación y civismo
El Ayuntamiento ha reiterado su disposición a colaborar con entidades, asociaciones y particulares, pero ha subrayado la necesidad de que las intervenciones en entornos naturales cuenten con supervisión técnica y logística, para garantizar que no se compromete la seguridad ni el impacto ambiental.
Asimismo, se ha hecho un llamamiento a denunciar los vertidos ilegales y evitar dejar residuos junto a contenedores o en zonas no habilitadas para ello.
Refuerzo ambiental y campaña informativa
Como parte de su estrategia de prevención, el Consistorio ha ampliado su equipo de educadores ambientales, que ahora cuenta con seis profesionales encargados de informar, asesorar y sensibilizar tanto a residentes como a negocios sobre la correcta gestión de residuos.
Una de las prioridades es la campaña contra vertidos descontrolados, que se desarrolla con puntos informativos en las zonas más conflictivas del municipio.
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