El grupo MÉS per Mallorca ha reclamado este sábado la dimisión del conseller insular de Medio Ambiente, Pedro Bestard, tras su apoyo al acuerdo de un plan piloto para la importación de residuos procedentes de Ibiza y Formentera para su incineración en la planta de Son Reus.
Según ha denunciado el portavoz ecosoberanista en el Consell mallorquín, Jaume Alzamora, la medida no solo representa un «desastre medioambiental», sino que desincentivará a la población mallorquina a reciclar, al comprobar que la instalación sigue funcionando con residuos importados.
“¿Para qué reciclar si se queman más residuos que vienen de fuera?”
Alzamora ha afirmado que la ciudadanía “difícilmente entenderá” la utilidad de reciclar si se importan basuras de otras islas:
“No tiene sentido hacer llamamientos al reciclaje cuando se llenan los hornos con residuos externos. Impide cerrar líneas de incineración”, ha subrayado.
Además, ha señalado que situar a Bestard, a quien califica como “negacionista”, al frente del área ambiental supone un retroceso en la lucha contra el cambio climático.
MÉS acusa al Consell de beneficiar a la empresa TIRME
La consellera ecosoberanista Catalina Inés Perelló también ha criticado el acuerdo, asegurando que no responde al interés público, sino al de la empresa TIRME, concesionaria de la planta de incineración.
“Cuanto más residuos llegan, más beneficio obtiene la empresa. Es un gran negocio para una compañía privada, que gestiona unas instalaciones construidas con dinero público”, ha afirmado.
MÉS denuncia además “oscurantismo” en las negociaciones y acusa al conseller de no haber aprobado aún la tasa de residuos de 2025. Según sus cálculos, las decisiones de esta legislatura han supuesto ya un sobrecoste de 62 millones de euros, a los que se sumarán otros 50 por incinerar basura de Ibiza.
Un plan piloto en medio del debate por los residuos de Ibiza
El plan piloto anunciado por el Govern balear el lunes pasado es un ensayo con el cual, argumentan los Consells insulares, ambas islas salen ganando. Mallorca porque, según ha expresado la institución insular, la planta de TIRME opera al 70% de su capacidad, e incinerar más residuos permitirá abaratar costos.
En el caso de Ibiza, el Consell lleva adelante desde el 31 de marzo la última fase del proceso de debate sobre el futuro de sus residuos, ante la necesidad de cerrar el vertedero de Ca Na Putxa. Enviar la basura a Mallorca es una de las alternativas. La otra es construir una incineradora propia. Incluso si se opta por esta segunda opción, en el corto plazo será necesario el traslado de los residuos a Palma, hasta tanto la planta ibicenca esté operativa.