El aeropuerto de Menorca, con 3,9 millones de pasajeros registrados en 2022 frente a los 8,15 del de Ibiza, dispone desde el año 2005 de una pista de emergencia. Aena se felicitó al anunciar la entrada en funcionamiento, el 22 de diciembre de 2005, de que «la operatividaddel aeropuerto queda garantizada en situación de contingencia». El aeropuerto de Son Sant Joan de Mallorca dispone de dos pistas totalmente operativas, por lo que dispone de plan B en el caso de que una esté fuera de servicio.
La inversión ascendió a siete millones de euros y consistió en la adaptación de la calle de rodaje paralela a la pista principal y que pasó a ser una pista de emergencia o alternativa. La pista de contigencia o emergencia tiene una longitud de 2.000 metros por 45 de ancho y solo puede usarse para el aterrizaje o despegue de las aeronaves en el caso de que la pista principal esté inoperativa, bien por algún incidente o bien por trabajos de mantenimiento.
El proyecto consistió en la construcción de una calle de salida rápida y el recrecido de los pavimentos de las distintas rodaduras asfálticas, así como la señalización horizontal y vertical y la instalación de doble iluminación. La pista consta de ayudas visuales por ambas cabeceras y su operatividad está limitada a aeronaves de hasta 36 metros de envergadura, como puede ser un Boeing 757, explicó entonces Aena.
El espacio aéreo cerrado en dos ocasiones
El aeropuerto de Ibiza, con el doble de tráfico aéreo que el aeródromo menorquín, carece, sin embargo, de una solución de este tipo. Ello ha obligado a cerrar el espacio aéreo este verano en dos ocasiones por averías menores, una de una avioneta del servicio de extinción de incendios del Ibanat y la última por la avería de una aeronave comercial de Lufthansa. En ambos casos se produjeron numerosas cancelaciones, desvío y retrasos y afectaron a miles de pasajeros.
Segunda pista o pista de emergencia
A principios de milenio, Aena trabajó para dotar a es Codolar de una solución para casos de emergencia. Descartada la opción de construir una segunda pista por cuestiones medioambientales en tanto que afectaría al Parque Natural de ses Salines, el gestor aeroportuario logró los permisos del Consell de Ibiza para reconvertir la pista de rodadura en pista de emergencia. La intervención hubiera requerido el desvío del torrente de sa Font.
Años más tarde, no obstante, descartó esta idea por motivos de seguridad, ya que no podía garantizar con la reconversión «el cumplimiento de las distancias de seguridad entre los ejes de las pistas y de la calle de rodadura, así como con los obstáculos presentes».
Otras razones esgrimidías advertían de que «la alternativa inhabilita la mitad de los puestos de estacionamiento que quedan en la franja de seguridad de modo que afecta de forma importante a la operatividad del aeropuerto en caso de que se produzca una contigencia y ésta sea en un periodo de tráfico elevado».
Traslado de aviones
El citado estudio advierte de que para usar la pista de rodadura como pista de aterrizaje y despegue las aeronaves estacionadas en la plataforma deberían ser trasladadas a la pista principal durante el periodo que estuviera inoperativa.
Las dudas que originaban los nuevos usos para la pista de rodadura como pista de emergencia acabaron por hacer desistir del proyecto a Aena. Y el aeropuerto sigue sin tener plan B para los casos en que la pista está inutilizada.
Debate
El presidente del Consell de Ibiza, el popular Vicent Marí, ha solicitado que se reabra el debate en declaraciones a La Voz de Ibiza. «Es un tema antiguo, pero tenemos que empezar a pensar de nuevo en ello para evitar estos caos», ha señalado el presidente y también conseller de Turismo.
El gerente de la Federación Hotelera de Ibiza y Formentera, Manuel Sendino, se ha sumado a la petición del presidente y ha pedido un debate profundo sobre las alternativas al caso de que quede inutilizada la pista principal. Los hoteleros están muy molestos con la gestión de la directora de la instalación, Marta Torres.
