La consellera del Departamento de Cultura, Patrimonio y Educación del Consell Insular de Ibiza, Sara Ramon, ha inspeccionado hoy los avances de la intervención arquitectónica en el Molí den Pep d’en Joan en Ibiza. Estas labores son cruciales para la redacción y licitación del proyecto de restauración de este Bien de Interés Cultural, así como para su futura transformación en un centro de interpretación del oficio de molinero.
Según las declaraciones de la consellera, este molino, adquirido por el Consell Insular en 2021 por 148.000 euros, se encuentra en un estado de conservación aceptable. Sin embargo, han transcurrido casi veinte años desde que fue declarado BIC, y era esencial brindarle cuidados preventivos para garantizar una preservación óptima. Este molino, que se remonta a finales del siglo XVI y es parte integral, junto con los molinos de en Felix a la derecha y el de en Toni Joan a la izquierda, de los vestigios más significativos del Puig des Molins.
La empresa EINAM es responsable de los trabajos y de la redacción del proyecto ejecutivo para la restauración, con una asignación presupuestaria de 150.000 euros. Hasta el momento, se ha llevado a cabo el vaciado y desbroce, y se realizará un cubrimiento de emergencia preventivo del capell (techo) para evitar filtraciones que puedan afectar el interior del molino.
Visita guiada
Durante la visita, acompañada por el arquitecto técnico Adolfo Marí y la restauradora Nieves Peinado de la empresa encargada de la intervención, se han identificado elementos peculiares de este molino. Se destacan restos de dependencias que formaban parte de la vida y función del molino, como la «sa fusteria» y la casa del molinero, donde se ubicaba la «sa botiga», una dependencia interior que albergaba herramientas, medidas y utensilios en general.
Un detalle llamativo de este bien es la composición del suelo de la plataforma circular que lo sustenta, conformada por piedras y cantos rodados pequeños y medianos, creando lo que parece ser un dibujo. Cada una de las puertas de acceso cuenta con su propia escalera de piedra para superar el desnivel de la plataforma. Como es habitual, estas puertas suelen estar en direcciones opuestas, una orientada hacia levante y la otra hacia poniente, facilitando el acceso dependiendo de la dirección del viento.
Además, las dos ventanas de cada una de las plantas superiores están dispuestas en sentido contrario, con la primera mirando hacia levante y la otra hacia poniente, y en la planta superior, una mirando hacia mediodía y la otra hacia tramontana. A diferencia de otros molinos, la planta intermedia, de madera, presenta una altura bastante reducida, y su estado de conservación es regular pero susceptible de mejoras, al igual que la planta superior, donde se encuentra todo el conjunto de engranajes (eje y engranajes) que en su momento conformaban el mecanismo para moler grano.