El portavoz del Govern balear, el vicepresidente y conseller de Hacienda, Toni Costa, ha restado importancia a la posible inestabilidad que generaría que Llorenç Córdoba acabe siendo expulsado del Grupo Mixto por Sa Unió de Formentera y se convierta en el segundo diputado no adscrito de la legislatura junto al menorquín Francisco Cardona, quien abandonó Vox tras la crisis desatada por la libre elección de lengua.
Costa ha despreciado el voto de Córdoba en la medida de que «no es decisivo» porque tenemos «un acuerdo con Vox». La posición del Govern contradice uno de los argumentos que ha venido esgrimiendo al presidente del Consell de Formentera y también diputado, ya que su voto fue decisivo para investir a Marga Prohens ante la abstención de Vox.
Solo en el caso de la abstención de Vox, tiene relevancia el sentido del voto de Córdoba quien, junto a Cardona, podrían acabar inclinando el sentido de las votaciones siempre que PSOE, Més per Mallorca, Més per Menorca y Unidas Podemos voten en bloque, algo que suele ser habitual, por otra parte.
Confirma las amenazas
Como era de esperar, Costa ha confirmado hoy que Córdoba solicitó un sobresueldo a la presidenta del PP de Baleares, tal como desvelaron los consellers de Sa Unió, ya que está arruinado.
En rueda de prensa después del Consell de Govern, Costa aseguró que la solicitud de Córdoba se debe únicamente a «intereses personales» y no tiene nada que ver con la defensa de los intereses de los ciudadanos de la Pitiusa menor.
«El señor Córdoba pretendía condicionar la estabilidad del Govern no en función de los intereses de Formentera y sus ciudadanos, sino de sus propios intereses», aclaró el portavoz.
«El Govern balear no considera esta situación agradable», reconoció Costa, añadiendo que este asunto debe ser resuelto por Sa Unió, a la cual Córdoba pertenece como independiente. En cuanto a si Córdoba debe renunciar a su acta de diputado, Costa afirmó que es una decisión que debe tomar Sa Unió, el partido que gobierna el Consell de Formentera.
