Las manos de María Torres Orvay bordan, cortan y cosen todo tipo de prendas tradicionales ibicencas, desde vestidos para mujeres a trajes para hombres.
Además de confeccionar sombreros payeses o espardenyes. Incluso, tal es su pasión por las manualidades que sus ratos libres los dedica a hacer réplicas en diminuto de cualquier pieza para utilizarla como adorno o singulares pendientes. “Con los carretes gastados de hilo para bordar hago peonzas para mis nietos”, cuenta orgullosa.
Esta “ibicenca y payesa”, como ella misma se define, ha dedicado toda su vida a la costura y a la confección. Con ocho años enhebró su primera aguja y bordaba pecheras en blusas de punto canario en su casa.
A los 17 años aprendió a bordar a máquina con una señora de Santa Gertrudis, su pueblo natal. En tan sólo 23 días aprendió las nociones básicas de bordado e, inmediatamente después, se matriculó en un curso por correspondencia para profesionalizarse en la técnica y estuvo bordando hasta los 22 años.
Corría el año 1968 y estaba llegando a la isla la moda hippy. María empezó a observar que podía ganar más dinero cosiendo que bordando, así que decidió dar un giro en su profesión y comenzar a aprender a coser. El primer pasó fue ponerse a estudiar el Sistema Martí, un sistema de patronaje, corte y confección del que había libros en su casa gracias a su hermana que se había titulado profesionalmente en costura recientemente.
Moda Adlib
Poco tiempo después, su hermana empezó a trabajar en un taller para la moda Adlib y ella fue a ayudarla para cortar y coser. Lo que en un principio iba a ser temporal, acabó siendo su trabajo durante 35 años. María estuvo cosiendo a máquina en el taller hasta que se jubiló. Durante este tiempo descubrió algo que le apasionaba todavía más y a lo que se dedicaba como hobby: confeccionar prendas típicas ibicencas. Su primer trabajo fue elaborar todo el traje de sus hijas cuando decidieron empezar a bailar baile payés. “Los hacía las noches de los domingos porque apenas disponía de tiempo libre”, añade.
Sin embargo, es cuando se jubila cuando se profesionaliza en hacer toda vestimenta tradicional ibicenca, espardenyes y sombreros. Es una de las artesanas más completas en este campo, capaz de confeccionar, prácticamente, “cualquier prenda payesa”.
Ella es consciente de la habilidad que tiene con las manos. “Me gustaría dar mis manos a los jóvenes, porque para mí es fácil hacer cualquier cosa con ellas y me gustaría que el oficio no se perdiera”, reconoce.
Una profesión laboriosa, cuya realización conlleva emplear muchas horas. “Cada par de espardenyes se tarda en hacer entre 50 y 60 horas y, para los sombreros, algunas horas más.
Los sombreros los hace con palmito, para las espardenyes usa esparto y pita y para las prendas textiles, sobre todo, algodón. Todo lo realiza bajo encargo personalizado.
Maestra
Desde el año 1999, compagina esta labor con la de maestra impartiendo cursos en varios puntos de la isla donde enseña la técnica para hacer sombreros y bordar. Los martes y miércoles en el colegio Sa Bodega en Vila y los jueves en el centro cultural de Santa Eulalia.
María está considerada Maestra Artesana Honorífica por el Consell de Ibiza por su elaboración de vestimenta tradicional y calzado desde el año 2016 y, en 2019, también recibió el Premio al Mérito Ciudadana de la isla de Ibiza.
