Visitar el taller de Juan Bonet Ribas es adentrarse en el pasado tradicional de la cuchillería ibicenca. En cada cuchillo se refleja pasión por la profesión y búsqueda de la perfección como principal ingrediente.
Bonet es uno de los Maestro Artesano Honorífico reconocidos por el Consell de Ibiza y el más joven de la isla. En el año 2016 se le hizo entrega del reconocimiento a la edad de 50 años. Un premio a la dedicación a una profesión tan tradicional e histórica de la isla “como necesaria”, tal y como el mismo explica, porque “además de fabricar cuchillos, fabrico cualquier herramienta tradicional necesaria para seguir con oficios tradicionales de nuestra tierra, como agujas para coser espardenyes, cestos tradicionales o encordar sillas”.
Autodidacta
“Maña y buen gusto” son las cualidades necesarias para ser un buen profesional de la cuchillería, cuenta este cuchillero que comenzó a introducirse en este mundo en el año 2008 de forma “autodidacta”.
Reconoce que “no ha sido un camino fácil” y que en algún momento estuvo a punto de “tirar la toalla”. Pero su afán de superación le hizo continuar.
“Aprender un oficio como este sin nadie que te enseñe ni te asesore de qué herramientas utilizar es realmente complicado”, asegura.
Además, “no se encuentra información sobre el tema en ningún sitio”, añade. Comenzó cogiendo cuchillos tradicionales antiguos que tenía en casa de su padre y de su abuelo y desmontándolos para investigar cómo habría sido el proceso de montaje y fabricación previa.
A partir de ahí y poco a poco, a base de prueba y error, se ha tenido que ir “buscando la vida” para avanzar cada paso. Trabaja con aceros de “alta calidad”, tanto forjados, elaborados con hoja de ballesta o acero laminado. Para los mangos de los cuchillos usa latón, cuerno, madera, hueso. Y, por último, cuero para las fundas. Los cuchillos que fabrica son “100% funcionales”.
Motivos florales
El trabajo comienza en un horno a altas temperaturas donde funde las láminas de acero y realiza el forjado y, después, graba en ellos motivos florales como la hoja de enebro o la espiga de trigo, entre otras. Estas grabaciones las realiza a través de herramientas específicas, llamadas burriles, que se ha tenido que fabricar él mismo. Fabricar cada cuchillo le lleva alrededor de unas 20 horas.
Cada funda de cuchillo también la graba con los mismos motivos florales. Para ello, la introduce entre dos planchas de hierro que tienen el dibujo esculpido previamente y prensa el cuero.
Aunque sabía el gran reto al que se enfrentaba, la ilusión de “no dejar que se perdiera una tradición tan propia de su tierra” fue lo que le hizo ponerse “manos a la obra y no parar hasta conseguirlo”.
Hoy en día, trabaja con encargos personales y también fabrica cualquier herramienta tradicional de metal que sea necesaria para continuar otra tradición más de la cultura ibicenca.
Hasta hace poco, Bonet era el único cuchillero que quedaba en Ibiza y Formentera. Pero ahora, un joven de 21 años, Xicu Rocha, parece que cogerá el relevo del oficio. Juntos imparten cursos en escuelas para enseñar a los jóvenes de la isla los secretos de la cuchillería y evitar la extinción del oficio.